Publicado el jueves, 25 de agosto de 2016 por Laura Marchesani
Hay pocos países que admiten la maternidad subrogada: uno de ellos es el Reino Unido. Allí la ley permite que las parejas tengan un hijo gracias a la colaboración de una gestante, quien no recibe una compensación económica.
Entre los países que tienen una legislación específica relativa a la gestación por sustitución existen algunos que prevén el pago de una compensación a la gestante y otros que, en cambio, admiten sólo un reembolso de todos los gastos que se derivan del embarazo.
El asunto del pago a la gestante es uno de los que más polémica levanta entre los que piensan que la maternidad subrogada no es aceptable desde el punto de vista ético. De hecho, estas personas consideran la compensación económica como el emblema de la explotación a la que se somete a las gestantes. No obstante, las opiniones sobre el asunto no son, como es obvio, homogéneas. Si se excluyen las situaciones en las que la gestante pertenece a un entorno social-económico-político inestable -del que a menudo se habla y que sin duda lleva a condiciones de escasa transparencia y paridad entre las partes-, la cuestión económica se puede interpretar de diversas formas. El pago de una compensación monetaria a una gestante voluntaria, que tiene una estructura familiar estable, con un nivel económico que le permite a ella y a su familia vivir con plena dignidad, se ve de manera diferente según el país.
Una de las naciones del primer mundo que tiene una legislación específica es Estados Unidos: destino muy solicitado por los futuros padres que buscan un hijo y donde en algunos estados se prevé el pago de un importe a la gestante. Sin embargo, el intercambio monetario no se ve allí como algo negativo, ni como un obstáculo para un recorrido éticamente correcto. No olvidemos que en Estados Unidos la donación de sangre también se compensa económicamente.
Sin duda por la experiencia que posee, por los equipos especializados de clínicas, abogados, psicólogos y consultores que conocen cada detalle del proceso y que saben cómo guiar a la gestante y a los padres a través de un recorrido definitivamente complejo. También porque muchos de los padres de intención tienen que acudir al extranjero de todas formas, pues en su país de residencia la gestación por sustitución no se admite, o ellos no cumplen los requisitos impuestos por la ley.
Este es el caso de un padre británico que acudió a EE.UU. para llevar a cabo una maternidad subrogada. El Reino Unido admite la gestación por sustitución y permite que las parejas que tienen hijos gracias a este proceso vean reconocidos sus derechos de paternidad, pero no contempla el caso de los hombres solteros.
Este hombre, que tuvo la ayuda de una donante de óvulos y de una gestante en los Estados Unidos para ser padre, se ha encontrado en un limbo legal cuando ha vuelto a casa pues en Gran Bretaña la gestante es la persona que es reconocida como madre del niño.
Frente a esta situación potencialmente muy complicada (si él falleciera, para el Gobierno británico la gestante sería la responsable de su hijo, no así para el de Estados Unidos), este padre ha decidido emprender un camino que pueda provocar un cambio en la ley de su país para que todas las familias tengan los mismos derechos.
La lucha legal está provocándole unos gastos elevados, pero él afirma que no se arrepiente del camino que ha decidido emprender, más aún porque hay muchas otras personas en el Reino Unido a la espera de que la ley cambie.
