Publicado el miércoles, 24 de febrero de 2021 por Laura Marchesani
Para algunas personas la adopción de embriones es la única alternativa posible para poder llegar a tener un hijo. Se trata, por ejemplo, de mujeres solteras con una calidad ovárica reducida, que no permite crear embriones viables o incluso no permite crear ningún embrión, o hombres también solteros cuyos espermatozoides no estén en determinadas condicione mínimas para poder proceder con un tratamiento de fertilidad.
Para estas personas adoptar embriones de otros es una posibilidad concreta que les puede permitir realizar su sueño y, a la vez, les da una gran oportunidad a embriones que otros ya no van a transferir.
Algunas familias, en el proceso de fecundación “in vitro” tienen la suerte de crear más de un embrión, lo cual les permite poder intentar más transferencias aumentando así la posibilidad de conseguir un embarazo.
Una vez que se consiga no sólo el embarazo, sino también el nacimiento, y quedan embriones congelados en el laboratorio de la clínica de reproducción asistida, a veces, es posible optar por su donación.
Es algo que a los que ya han completado su familia, les hace sentir bien, pensando que están contribuyendo a la felicidad de otros aspirantes padres y madres y por el otro lado, para los que están buscando alguna solución para tener hijos, es una bendición.
Evidentemente se trata de un proceso regulado que cambia según el país y en el que se encuentran los embriones, con lo cual, es difícil saber cuáles son los pasos a cumplir si no se contacta la clínica y su equipo legal.
Es necesario preguntar si es posible en el caso de uno mismo donar los embriones congelados y en qué condiciones.
También hay que tener en cuenta que es importante le origen genético de esos embriones porque estos elementos se deben de valorar desde el punto de vista médico y legal.
Aunque haya padres que desean donar sus embriones, esto no siempre es posible, por eso es indispensable una valoración del caso especifico. Como se decía, la ley del lugar y cómo se han formado esos embriones son factores determinantes.
También hay que averiguar, si la donación es posible, con qué modalidad.
Claro que para los que reciben embriones donados, se trata de una gran oportunidad, algo que regala esperanza y esa posibilidad que no existía. Esos padres se sienten agradecidos y afortunados por la generosidad de otros.
Aún así, siempre hay que valorar si la donación de embriones es adecuada para ellos, si desde el punto de vista psicológicos están preparados a no tener un vínculo genético con el futuro hijo y para todo lo que implica la donación no sólo para ellos mismos, sino también desde la perspectiva del niño.
Los equipos de psicólogos especializados en reproducción asistida saben guiar a los donantes y los que adoptan dando respuestas, sugiriendo elementos sobre los que reflexionar, guiando a ambas partes, permitiendo de esa manera que se llegue a una decisión informada, meditada y en consciencia.
