Publicado el jueves, 22 de septiembre de 2016 por Laura Marchesani
En los últimos años, en España se habla cada vez más y de forma más abierta de reproducción asistida. El argumento sale a la luz gracias, principalmente, a la transparencia de parejas y madres solteras que, con gran coraje, no esconden que sus hijos han llegado gracias a la ayuda de la ciencia.
Este camino hacia la visibilidad y el respeto de la reproducción asistida es largo, requiere mucha información y choca con multitud de obstáculos (sobre todo en determinados círculos, en los que persiste la idea de que un hijo concebido 'in vitro' es algo frío y de ciencia ficción que marca para siempre a la familia).
En realidad, las esperanzas y el amor que los padres ponen en un embrión creado en laboratorio son las mismas que en uno concebido 'en casa'.
No obstante, hablar de reproducción asistida sin hacer distinciones es muy genérico, ya que la definición engloba tratamientos, padres, circunstancias,... muy diferentes. En resumen, mundos que se pueden unificar sólo en un detalle: la ayuda de la medicina de la reproducción asistida.
Todo lo que gira alrededor de este denominador común es muy diverso.
La idea que, en general, se tiene de los padres que conciben gracias a la gestación subrogada es la de una pareja de hombres, de clase acomodada, incluso famosos. De hecho, los medios de comunicación se hacen eco de este tipo de noticias a menudo pero, en verdad, la mayor parte de las familias que nacen o crecen gracias a la gestación por sustitución están compuestas por parejas heterosexuales. Estas son mucho menos visibles y su perfil de "normalidad" les hace menos interesantes mediáticamente.
Existen madres famosas como Sarah Jessica Parker o Nicole Kidman, que hacen pública su elección, pero muchísimas otras madres que han recurrido a la gestación subrogada permanecen en la sombra. Para estas últimas, los sacrificios que han de hacer y las emociones que deben enfrentar en silencio pueden llegar a pesar mucho. Para una mujer no es fácil aceptar la idea de que no podrá ser ella misma la que lleve en su interior y dé a luz a su hijo. "Digerir" este elemento del propio destino es un paso duro al que hay que sumar todas las situaciones relativas a la gestación por sustitución: tener que depender de profesionales que viven en otros países, afrontar las complicaciones burocráticas y, sobre todo, encontrar la persona justa, ese "ángel" con el que se establece una conexión profunda y que es la base para un recorrido tranquilo.
La polémica está, sin embargo, siempre presente y los ataques son muy duros.
Vivir en primera persona o de cerca las historias de las familias "de la puerta de al lado", que nacen gracias a la maternidad subrogada, ayuda a conocer para, después, entender mejor.
Una iniciativa popular pide en España desde 2013 que se abra un debate sobre la gestación por sustitución. Como es obvio, para que los partidos políticos puedan tener una opinión fundada es necesario que conozcan a fondo el procedimiento en todos sus aspectos. La polémica que se basa en la consideración de que no es justo ni aceptable explotar a mujeres en situación de pobreza, o analfabetismo, o cualquier otro tipo de dificultad, pone a todas las partes de acuerdo. Por ello, la discusión debería partir de los puntos comunes, como el que se acaba de citar, para a partir de ahí examinar y tratar de llegar a compromisos sobre todos los argumentos en los que hay desacuerdo.
La negociación partiendo de la base de la información y la verdad no puede sino ayudar a que las distintas opiniones sean más claras y, obviamente, más respetuosas y fundadas.
