Publicado el martes, 17 de marzo de 2015 por Laura Marchesani
En los últimos días, numerosas asociaciones, algunos medios de comunicación, ciudadanos anónimos, se han movilizado en las redes sociales pidiendo que se boicoteen los productos de Dolce&Gabbana, después de las declaraciones de los dos estilistas en una entrevista en la revista italiana Panorama (en El País http://elpais.com) acerca de su idea de familia.
El hecho de haber definido como “niños artificiales” a aquéllos que han nacido gracias a una técnica de reproducción asistida ha desencadenado, lógicamente, el enfado de muchos padres que han necesitado de la ayuda de la ciencia para poder serlo. Las de Domenico Dolce y Stefano Gabbana son, sin duda, palabras muy duras lanzadas con demasiada ligereza, y que han ‘golpeado’ a diferentes sectores de la población que tienen en común el no haber podido concebir y/o dar a luz a sus hijos como ‘marca la traición’. Personajes famosos como Elton John han reaccionado inmediatamente sintiéndose ofendidos por esas afirmaciones tan superficiales, no tanto por lo que tienen de falta de respeto hacia su propia persona sino por el ataque que suponen a sus hijos.
En realidad queda la duda de si la definición “hijos de la química, niños artificiales” es una manifestación espontánea de una opinión (eso sí, en una entrevista en un medio con muchos seguidores, no en una charla entre amigos), o más bien una estudiada estrategia de marketing. Basta pensar que, desde la publicación de sus declaraciones, Dolce&Gabbana ha gozado de una presencia permanente en todos los medios de muy diversos países.
Si se trataba de lo primero, esas declaraciones deberían haberse realizado en otros términos pero si, por el contrario, se trataba de una táctica preconcebida es indudable que ha funcionado a la perfección.
