Publicado el lunes, 29 de julio de 2019 por Laura Marchesani
Al llegar el verano, independientemente del lugar en el que uno viva, se ponen en marcha los planes en los que se ha pensado durante los meses de frío: viajes, tiempo para la familia, nuevas experiencias, aventuras, etc.
Sobre todo para los que tienen hijos, existe la necesidad de organizar su tiempo libre cuando termina el año escolar y encontrar el modo de compartir juntos momentos de diversión. Las gestantes, que con frecuencia son madres jóvenes, también planean actividades estivales que involucren a sus hijos, marido o novio, padres,…
Hay fases durante la preparación para la implantación de los embriones en las que es un poco más difícil poderse permitir unas vacaciones fuera de casa, ya que es necesario seguir al pie de la letra las instrucciones de la clínica de reproducción asistida y efectuar controles en las fechas indicadas. Pero, una vez superados esos momentos, cuando el embrión ya ha sido transferido, los compromisos son un poco menos apremiantes y existe la posibilidad de moverse a voluntad.
Aunque algunos padres intencionales se preocupen mucho por los días posteriores a la transferencia de embriones -y piensen que si la gestante permanece en reposo hay más posibilidades de conseguir el embarazo-, en realidad es suficiente que la "surrogate" siga las indicaciones del ginecólogo de fertilidad. En otras palabras, deberá tomar medicamentos con la pauta que le haya marcado la clínica de reproducción asistida y tener siempre presentes las instrucciones relativas a su caso particular como, por ejemplo, evitar ciertas comidas o ser cautelosa con otras.
Por lo demás, si el médico de fecundación 'in vitro' indica a la gestante que puede hacer vida normal y continuar con sus actividades de siempre, eso significa que ella puede viajar con total tranquilidad en tren o en avión, volver al trabajo y ocuparse de su familia.
Como en todo embarazo, hay directrices a seguir y reglas dictadas por el sentido común válidas para todas las mujeres encintas. Los padres deben recordar siempre que una persona que decide libremente llevar adelante un embarazo para otros, que ha superado las pruebas psicológicas, que ha hablado con el ginecólogo de reproducción asistida, con la enfermera, con la agencia y con los propios padres intencionales (es decir, que es plenamente consciente de la importancia de su gesto y de la delicadeza de la situación) no tiene ningún interés en poner en riesgo su salud o la del feto que lleva en su vientre.
También en este caso, la confianza y la racionalidad son elementos que permiten a los padres mantener la calma y a la gestante vivir con serenidad.
Más allá de seguir los consejos de su ginecólogo y si no hay instrucciones especiales para ella, por norma general no debería haber limitaciones con respeto a los viajes o a las vacaciones, como sucede con cualquier mujer embarazada de su propio hijo.
Sí, como en cualquier embarazo, siempre que siga las instrucciones de su ginecólogo. Es probable que a partir de cierto momento, cuando la fecha del parto esté cercana, se le desaconseje alejarse mucho de casa, pero todos estos detalles se revisan junto a los padres intencionales antes de proceder a la transferencia de embriones.
