Publicado el lunes, 23 de septiembre de 2019 por Laura Marchesani
A menudo se subraya la importancia de la comunicación en un recorrido tan complicado como el de la gestación subrogada, pues se trata de un ingrediente imprescindible para poder tener una relación transparente y respetuosa con la gestante que dará a luz al tan deseado hijo.
Hay muchos momentos durante un camino de fertilidad en los que la comunicación eficaz es indispensable. Desde el primer momento, cuando se acude a un profesional que se ocupa de fecundación 'in vitro', se siente la necesidad de tener información que permita entender de qué se trata con exactitud, cómo se crean los embriones, qué porcentajes de éxito puede haber, cuáles son los test requeridos antes de empezar un tratamiento, etc.
No obstante, la comunicación implica también una gran capacidad de escuchar, una cualidad que no todas las personas consiguen practicar de manera adecuada. Escuchar las indicaciones del médico de reproducción asistida, las sugerencias del abogado y las de los profesionales involucrados no es fácil para los futuros padres.
A menudo, de manera inconsciente, se tiende a recordar solamente lo que se desea oír mientras que, otras veces, la información ofrecida en una consulta es tan abundante que es muy complicado acordarse de todo.
Una de las situaciones en las que, en ocasiones, los padres intencionales se encuentran menos abiertos a escuchar es cuando llega el momento de conocer a una posible gestante. En la mayoría de los casos, las agencias que actúan como intermediarias ponen en contacto a los futuros padres con candidatas a gestante teniendo en cuenta una serie de parámetros que hacen pensar que existen bases para que se puedan comunicar y entender de manera recíproca, pero no siempre las personas implicadas están hechas las unas para las otras.
Cuando las partes se conocen y existen dudas sobre la posibilidad de comunicarse con transparencia y serenidad a lo largo del camino, cuando parece que no hay valores en común sobre los que construir una relación sana, es necesario hacerlo saber.
En algunas situaciones son los mismos intermediarios los que, después de hablar con las partes (padres y gestante), detectan y señalan que quizá el emparejamiento no es el adecuado. Pero, en ese momento, la impaciencia puede prevalecer.
Los futuros padres saben que encontrar una gestante no es una tarea sencilla y les angustia la idea de tener que invertir más tiempo en buscar a otra, por lo que prefieren ignorar sus propias sensaciones y las sugerencias de los profesionales para no "perder" el tiempo.
Empezar un camino de gestación subrogada con una gestante que no es adecuada para nosotros puede llevar a situaciones potencialmente desagradables o difíciles de gestionar.
Por lo general, escuchar las propias sensaciones y los consejos de quienes nos acompañan en el camino de la gestación por sustitución es útil para evitar tomar decisiones apresuradas y poco racionales de cara a lo que está por venir.
Por este motivo, esperar hasta conocer a la persona adecuada es una buena inversión tanto para un embarazo sereno como para el futuro del bebé que nacerá, que podrá conocer a la mujer que lo gestó y mantener con ella la relación que todos desean.
