Publicado el miércoles, 13 de mayo de 2015 por Laura Marchesani
El deseo de Cindy Wasser y de su marido Chris Blake de crear una familia era tan grande que les llevó hasta la gestación subrogada. Por desgracia, la primera relación que tuvieron con una gestante no fue un camino de rosas, más bien al contrario. Ellos definen aquel periodo de su vida como una interminable pesadilla. Tal y como sucede en ocasiones, habían decidido buscar a la gestante por cuenta propia, sin el apoyo de profesionales, y se toparon con una persona que no estaba preparada para afrontar ese proceso. Después de muchas vicisitudes vino al mundo su primera hija, lo que les llenó de felicidad, pero el recuerdo que tienen del camino hasta llegar a ese momento es uno de muchas situaciones demasiado complicadas desde el punto de vista humano y psicológico, y por supuesto, práctico y médico.
El resumen de todo ello ha sido publicado en la web Toronto Life (http://www.torontolife.com), donde podemos conocer los hechos que acaecieron en aquellos momentos; situaciones que son reflejo de lo que viven muchos futuros padres que, con la esperanza de poder tener un hijo a un coste reducido, han gestionado un proceso de gestación subrogada por ellos mismos sin la ayuda de nadie.
La gestación subrogada es legal en algunas provincias de Canadá, pero las normas a seguir en lo que respecto a la búsqueda y reembolso de los gastos de la gestante han de ser rigurosamente respetadas. En ese país, ofrecer compensación económica a una donante de óvulos o a una gestante está penado con 10 años de cárcel y/o con una sanción de 500.000 dólares canadienses.
Por esta razón, además de por la necesidad de que todas las partes implicadas en un proceso de este tipo lo vivan de modo sereno y gozoso, una correcta información y una consultoría especializada son imprescindibles.
