Publicado el miércoles, 19 de julio de 2017 por Laura Marchesani
En la maternidad subrogada hay muchos pros y contras a valorar.
Una de las preguntas que los futuros padres de intención se hacen más a menudo antes de empezar una fecundación 'in vitro' es relativa a la figura de esta generosa mujer. Una vez comprendido que el vulgarmente llamado "vientre de alquiler" es un camino largo y complicado, y que los elementos a considerar son muchos, los futuros padres se preguntan quiénes son las gestantes y por qué quieren ayudar a otras familias.
El perfil de la "madre subrogada"
La gestante es a su vez madre. Tanto en Canadá como en Estados Unidos, las mujeres que se proponen para ser futuras gestantes son personas adultas que saben lo que significa ser progenitor. Tienen una casa, un hijo o más, pueden estar casadas, ser divorciadas o solteras, y todas deben disfrutar de una condición de vida estable. Entonces, ¿Por qué llevan adelante un embarazo para otros futuros padres? ¿Habrá una razón económica en la base?
Aunque cada país tenga su propio sistema y su marco legal correspondiente en lo que se refiere al reembolso de gastos o compensación económica para la gestante, todos los destinos comparten la motivación como base y argumento principal que empuja a estas mujeres a ese camino tan complicado: las ganas de ayudar a una nueva familia; de llegar a ser especiales e indispensables para ellos; y de sentir que su contribución ha dado vida no sólo a una nueva persona, sino a una familia entera.
Uno de los aspectos negativos de la gestación por sustitución es la complejidad del camino, las distintas variables que pueden afectar a los tiempos, a los costes y a cómo se desarrollan las cosas; elementos todos ellos que pueden provocar un ansiedad importante.
Aunque la motivación de base de las gestantes es siempre altruista -y por ello son personas de una generosidad extraordinaria-, no todas las que desean ayudar a otros padres superan finalmente la selección. De hecho, tanto en Canadá como en Estados Unidos, deben pasar una serie de test médicos para corroborar su idoneidad física y pruebas psicológicas que determinen que tienen la voluntad de ayudar. Todo esto implica que no es sencillo ni inmediato el hecho de encontrar a la persona adecuada y que, en ocasiones, sea necesario conocer a más de una candidata hasta hallar a la mujer con la que se compartirá el camino.
En la mayoría de los casos, las gestantes conocen a otras mujeres en la misma situación o han hablado con alguien que conoce muy bien la gestación por sustitución, por lo que, incluso antes de conocer a los futuros padres, tienen ideas bastante claras sobre lo que les gustaría y acerca de sus expectativas con respeto al proceso y a la relación con estos, todavía, desconocidos.
Cuando, más tarde, la relación despega, las partes se entienden y se crea esa conexión especial que muy a menudo se mantiene en el tiempo después del nacimiento del niño. Así, los padres ven como su familia ha crecido mucho, ya que no sólo ha venido al mundo un hijo propio sino que ya se sienten ligados a la gestante, a su pareja y a sus hijos.
