Publicado el martes, 27 de noviembre de 2018 por Laura Marchesani
Los viajes al extranjero son parte intrínseca de cada recorrido de fertilidad con gestación subrogada, por lo que este elemento debe de ser tenido en cuenta desde el primer momento. Si los tratamientos de reproducción asistida requieren la presencia de los pacientes, también la maternidad subrogada impone a los padres de intención internacionales un cierto número de desplazamientos al país en el que su hijo verá la luz.
Dependiendo de la situación, es decir, de las necesidades de la pareja, de la nación elegida para llevar a cabo la gestación por sustitución y de muchos otros factores, pueden ser necesarios uno, dos o más viajes al país en el que vive la gestante y en el que, en consecuencia, nacerá nuestro hijo.
Como es obvio, si para la creación de los embriones se usan los gametos de los padres intencionales, es necesario que éstos acudan a la clínica de reproducción asistida donde se efectuará el tratamiento de fecundación 'in vitro' pues, sin embriones, no es factible iniciar el recorrido de gestación subrogada.
Si un primer viaje a la clínica es contemplado como imprescindible prácticamente por todo el mundo, resulta un poco más complicado entender cuántas veces en total hay que ir al extranjero y cuánto tiempo se debe permanecer allí.
En efecto, es difícil generalizar porque las circunstancias de las familias son siempre diferentes, aunque una de las mayores preocupaciones es, por lo general, el viaje para el alumbramiento del hijo. O mejor dicho, no el viaje en sí mismo sino, más bien, la indefinición del tiempo de permanencia y la imposibilidad de programar la fecha de regreso salvo unos pocos días antes. En otras palabras, si se sabe con cierta seguridad cuándo se deberá partir para recoger al hijo que está por nacer y dar apoyo a la gestante, es complicado saber con exactitud cuándo se podrá volver.
No obstante, existen estadísticas que sirven de guía a los padres de intención y les ayudan a entender cómo organizarse para una estancia en el extranjero y un regreso sereno.
El primer factor fundamental es, como saben los padres, la propia salud del recién nacido. Así, un bebé que nace antes de tiempo -prematuro- necesitará tiempo en la incubadora y atención extra y, por supuesto, más tiempo de estancia en el hospital. Hasta que el pediatra no dé su visto bueno, el niño no podrá viajar.
También la zona en la que nazca tiene su importancia a la hora de imaginar la fecha de regreso. Dando por supuesto que es siempre aconsejable adquirir un billete de avión con fechas abiertas, es asimismo necesario poder tener una previsión de los tiempos aunque sólo sea para obtener el permiso para ausentarse del puesto de trabajo o para poder organizar la actividad profesional durante ese periodo.
Afortunadamente, en muchos Estados de EE.UU. y en muchas Provincias de Canadá, es posible tener una idea bastante fehaciente de qué pueden esperar los padres después del nacimiento y cuánto tiempo necesitarán.
Tener un hijo en otro país mediante gestación subrogada es una experiencia intensa y maravillosa que conlleva una serie de sacrificios y de elementos no controlables por parte de los padres. Enfrentarse a ellos con la mejor disposición es de gran ayuda para todas las partes implicadas.
