Publicado el miércoles, 14 de marzo de 2018 por Laura Marchesani
Entre las preocupaciones de los padres intencionales que están a punto de empezar un recorrido de gestación por sustitución se encuentra sin duda la que se refiere a los gastos que tendrán que afrontar. La maternidad subrogada sigue siendo un proceso de reproducción asistida muy caro en el que se precisa ayuda externa para la revisión de los pagos, para asegurarse de que los importes desembolsados corresponden a gastos que realmente se han producido, evitando así posibles errores.
Todos los costes relacionados con el embarazo -antes, durante y después del mismo- deben de ir a cargo de los padres de intención. Entre ellos se incluyen, por supuesto, las facturas médicas. Pero, ¿cuáles son los que se pueden prever?
Obviamente, el tratamiento de reproducción asistida que incluye los análisis para las personas que proporcionan sus gametos y para la gestante, la creación de embriones, su transferencia y, a menudo, el seguimiento en las primeras semanas de embarazo suponen unos costes que siempre abonan los padres de intención. A estos se suman todos los relativos al reembolso o a la compensación de donantes y gestante, así como los de los abogados de las partes involucradas y los honorarios de las agencias.
Desde el punto de vista de los costes por los cuidados médicos, existen algunas diferencias a nivel económico entre una gestación por sustitución en Canadá y en EE.UU. En este último país, la asistencia sanitaria es privada y, por este motivo, todas las posibles necesidades médicas de la gestante son pagadas por los padres de intención, o bien directamente, o bien, en ocasiones, a través de una póliza de salud que ella tuviera anteriormente. Como es obvio, en este último caso, si hay servicios por los que a la gestante se le solicitan copagos por parte del seguro, los mismos se remitirán a los padres intencionales.
En Canadá la situación es algo diferente ya que la sanidad es pública en el país. Esto hace que algunas necesidades de la gestante puedan ser gratuitas para ella. En otras palabras, la atención medica que la afecta directamente durante el parto está cubierta por el sistema público, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos.
En cambio, hay un aspecto económico en el nacimiento de un bebé por gestación por sustitución que es igual en ambos destinos: los gastos médicos relacionados con el niño. Mientras, como hemos dicho, los gastos de la gestante se gestionan de forma diferente, los del recién nacido son siempre responsabilidad de los padres de intención. Si una mujer canadiense diera a luz a su propio hijo, el sistema público cubriría todos los gastos de asistencia médica del pequeño pero, en un caso de gestación por sustitución, al ser el niño hijo de extranjeros, los costes son responsabilidad de los padres intencionales, que no residen en el país.
Por todo ello, se considera necesaria cierta anticipación en el apartado económico ante un nacimiento por gestación subrogada, independientemente de dónde ocurra, para poder organizarse en consecuencia.
Una buena previsión es siempre recomendable pues permite ser consciente de cada uno de los aspectos que implica la gestación por sustitución y estar preparado para afrontarlos con serenidad.
