Publicado el jueves, 28 de abril de 2016 por Laura Marchesani
La gestación subrogada continúa siendo un asunto controvertido. En efecto, este camino hacia la paternidad es sin duda complejo y difícil de aceptar para quien lo necesita. Por otra parte, en muchas partes del mundo, destinos a evitar, se lleva a cabo en condiciones poco seguras y en situaciones de escasas garantías para todas las partes implicadas. Todo ello, unido al dilema, incertidumbre y preguntas que genera el hecho de que el embarazo sea llevado adelante por una gestante para otras personas, hace que sea particularmente complicado enfrentar la cuestión de un modo equilibrado.
Las características y modalidades de la gestación por sustitución en el mundo son conocidas por muy pocos individuos, por lo que a menudo las opiniones que se leen o escuchan son superficiales, o al menos parciales. Existen varios tipos de gestación subrogada, diversos destinos y legislaciones, y son estos los “detalles” que marcan sus características fundamentales.
Justamente para limitar y controlar aquellas situaciones poco claras que están ocurriendo, o ya han sucedido, en algunos países elegidos por los padres comitentes, el Consejo Nacional para la Reproducción Asistida portugués ha pensado proponer unas modificaciónes a la ley vigente.
La parte fundamental que se propone modificar afecta a dos cuestiones concretas: una sería aquélla de hacer accesibles los tratamientos de fertilidad a todas las mujeres; la otra la de permitir la gestación por sustitución con la intención de ayudar a las mujeres portuguesas que no pueden llevar adelante un embarazo a tener un hijo sin tener que desplazarse a otro país.
El Consejo Nacional para la Reproducción Asistida de Portugal se hace eco de una realidad: existen parejas del país que viajan al extranjero para cumplir su deseo de paternidad. Para limitar no sólo este éxodo, sino también la problemática que algunas modalidades de gestación por sustitución generan en determinados lugares, propone modificar la legislación para permitir este camino hacia la paternidad en la propia nación lusa, con límites y normas claras.
La propuesta afectaría inicialmente a mujeres que por enfermedad o accidente no pueden llevar adelante un embarazo, y les permitiría realizar una gestación subrogada dentro del país, en un ambiente de legalidad, control y tutela garantizados.
Es obvio que, por el momento, se trata de una propuesta que habrá de ser debatida, pero es interesante ver cómo Portugal reconoce una realidad y opta por la vía legal con la intención de proteger a sus ciudadanos, así como de evitar situaciones de explotación que pueden suceder en algunas partes del mundo. De hecho, cuando la gestación por sustitución la llevan a cabo padres poco informados o mal asesorados podrían producirse circunstancias muy duras tanto para ellos como para la gestante.
Informarse correctamente es fundamental tanto para la tutela legal de las partes, en sentido estricto, como para encontrar destino y soluciones que garanticen a la gestante -que debe actuar por voluntad propia y libre, también de necesidades económicas- las mejores condiciones en cada momento.
