Publicado el jueves, 15 de diciembre de 2016 por Laura Marchesani
Una famosa fotógrafa, cuyo trabajo gira principalmente alrededor de los nacimientos, ha creado un álbum maravilloso de imágenes emocionantes del nacimiento de la pequeña Scarlett Ryan.
Como la propia artista declara, todos los nacimientos son extremadamente emocionantes pero ser testigo de la aparición de la luz al final del túnel, comprobar cómo un deseo que ya no se creía posible se hace realidad, es algo de verdad especial.
La pareja protagonista, Kate y Didier, había atravesado un momento muy duro cuando, después de un parto complicado, y con sólo cuatro semanas, se apagaba la vida de su hija recién nacida. Kate había sufrido también una rotura de útero. La situación y sus consecuencias fueron penosas desde diversos puntos de vista.
Su historia llegó a oídos de Christine, una madre de tres niños, que deseaba regalar a esta pareja una experiencia dichosa que condujese a un final feliz sin pedir nada a cambio. De hecho, la gestación subrogada en Canadá no puede ser compensada económicamente y, por esta razón, el Gobierno de la nación norteamericana se asegura de que los contratos que firman padres de intención y gestantes no contienen cláusulas que puedan interpretarse como "pago" o "compensación" a la gestante.
Todas las gestantes del primer mundo, las que eligen libremente colaborar para regalar la vida y la felicidad a padres e hijos, creen profundamente en la generosidad y en la solidaridad entre los seres humanos. Desean llevar a cabo algo especial en su vida, un gesto de altruismo extremo que las convertirá en únicas e indispensables para el cumplimiento del sueño de otros.
Es difícil explicar con palabras cómo se va construyendo esa relación especial entre los futuros padres y esa generosa mujer que dará vida a sus hijos. Muchas veces los propios protagonistas afirman que no entienden bien cómo ha surgido la confianza mutua y el 'feeling' que les une. Hablan de sensaciones parecidas a las del enamoramiento, cuando sientes que el otro es especial y percibes una conexión particular desde el primer momento.
Es una pregunta que se oye con frecuencia. El miedo a fallar, a poner en juego emociones y esperanzas que más tarde podrían verse frustradas provocan estas cuestiones para las cuales sólo hay una respuesta: cuando llegue la persona que esperamos no habrá dudas en ninguna de las partes.
Las gestantes cuidan al futuro niño y los padres cuidan de ellas, de la mejor manera que pueden, mostrándoles siempre reconocimiento, afecto, apoyo,... De repente la familia se hace más grande, no sólo por el bebé que llegará sino también por la presencia de la gestante y de su familia, que se convierten en elementos esenciales del presente y del futuro cercano, creando un vínculo que va más allá de los lazos biológicos y que une para toda la vida.
Personas que antes no se conocían se convierten en importantes las unas para las otras, de modo indeleble, como fuente de vida y de felicidad.
