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Una nueva esperanza llega desde Irlanda

Publicado el miércoles, 18 de noviembre de 2015 por Laura Marchesani

A veces nos encontramos con personas que quieren ser padres y que han pasado por tratamientos de fertilidad sin éxito. Algunos de ellos, además, han tenido que superar la terrible experiencia de sufrir abortos espontáneos.

FIV sin éxito

Es obvio que la pérdida involuntaria del futuro hijo es, en sí misma, una experiencia muy dolorosa. Cuando, por añadidura, se ha buscado el embarazo por todos los medios que la ciencia pone a nuestra disposición y se ha celebrado el resultado positivo del test, tener calma y equilibrio es, sin duda, muy complicado para los afectados.

Son experiencias duras, que dejan marca en quienes las sufren; no sólo en aquéllos que buscan ser padres sino también en el personal médico y en todos los que, de una manera u otra, intervienen en estos procesos y que querrían evitar estas situaciones por cualquier posible medio a su alcance.

Una luz desde Irlanda

Una esperanza para salir felizmente de esta tempestad llega desde Irlanda, que ofrece ilusiones renovadas a las mujeres que han pasado por varias FIV que han concluido con abortos espontáneos.

Un primer caso ya se ha hecho público después del nacimiento de la tan deseada bebé, obteniendo cierto eco precisamente por lo que implica para quienes buscan un hijo mediante reproducción asistida y hasta ahora no han tenido esa fortuna.

La técnica que ha permitido tan feliz evento se conoce como PGS (Preimplantation Genetic Screening, por sus siglas en inglés) y se llevó a cabo en el Cork Fertility Centre, en Irlanda. Su director médico, el doctor Waterstone, explica que, estadísticamente, un 20% de los embarazos acaban en aborto y que, por desgracia, no siempre se puede entender la causa del mismo. Este factor hace que las cosas sean aún más difíciles para los aspirantes a ser padres y puede dejar espacio para los "consejos" de parientes y amigos.

Las investigaciones, no obstante, sugieren que al menos el 50% de estos casos son debidos a anomalías cromosómicas.

PDG y PGS

La técnica usada hasta ahora, PDG (Preimplantation Genetic Diagnosis, por sus siglas en inglés), permitía identificar los embriones que sufrían determinadas patologías genéticas, como la fibrosis quística o la distrofia muscular. Este procedimiento se efectúa en embriones que han sido creados gracias a la combinación en laboratorio de los óvulos de la madre (obtenidos con una punción ovárica) y el semen del padre.

El PGS, por el contrario, permite comprobar si los embriones que se han creado con este mismo sistema tienen un número de cromosomas y una estructura correctas, otorgando por lo tanto más información acerca del verdadero potencial de cada embrión. Todo ello ofrece mayores posibilidades a quienes han pasado por varias FIV concluidas con abortos.

Obviamente, el Cork Fertility Centre está muy feliz por poder anunciar al mundo el nacimiento de esta bebé, que marca el inicio de una nueva etapa en el mundo de la reproducción asistida y, por consiguiente, en el futuro de muchas familias.

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