Publicado el lunes, 26 de octubre de 2015 por Laura Marchesani
El asunto de la infertilidad, o simplemente de la dificultad para poder concebir, es uno de esos elementos en la vida de la pareja que pueden unir o separar. Es innegable, de hecho, que no poder tener hijos provoca en la pareja un estrés que según cómo se viva la situación puede constituir un peso importante.
La sensación de incomodidad aumenta cuando las personas del entorno empiezan a dar consejos, en buena fe, para trasmitir esperanza, pero que la mayoría de las veces no hacen otra cosa que aumentar la angustia.
Frente a esta situación la pareja debe de decidir junta cuál es el recorrido mejor, teniendo en cuenta en cada momento que le infertilidad no es un problema de uno de los dos, sino una situación que involucra a ambos.
Las posibles soluciones incluyen la posibilidad de dirigirse a un especialista de reproducción asistida para investigar sobre las causas y encontrar una solución.
La decisión de tomar el camino de la reproducción asistida debe de ser tomada por ambos, juntos, en el respeto del deseo de ambos. Obviamente no se trata de un camino sencillo o de solución inmediata y la principal causa por la que no se consigue el objetivo es el abandono del tratamiento, o sea que las personas después de un primer intento deciden no volver a intentarlo. Esta reacción es perfectamente comprensible dado que las implicaciones físicas, emotivas y económicas no son mínimas.
Por el otro lado existen también personas que insisten en repetir el mismo tratamiento incluso cuando el médico lo desaconseja por inadecuado y no llegan resultados.
Permanecer unidos y fuertes siempre ayuda, pero también lo hace decidir a priori hasta dónde llegar, qué opciones son aceptables para la pareja.
Hay que tener en cuenta también que ya que compartimos nuestras vidas con otras personas, hay que establecer si compartir estas decisiones con los demás.
Pero hay que elegir con quien sincerarse y hasta adónde contar, dado que se trata de algo muy íntimo y que concierne a ambos componentes de la pareja.
Las personas del entorno tendrán diferentes reacciones. No todo el mundo conoce de cerca el mundo de la reproducción asistida y existen muchos chismes sobre ello, y esta desinformación puede llevar a juicios superficiales.
Es superfluo decir que esos juicios no son para nada útiles a la pareja, que ya de por sí está pasando por un momento de dificultad, y es por eso que le elección del con quién hablar es importante, así como lo es tener cerca un psicólogo o un coach, profesionales que pueden contribuir a traer más serenidad.
Independientemente del camino que la pareja elige para hacer su deseo realidad, es importante dirigirse a un especialista quien de manera serena, pero objetiva, aclara la situación, propone soluciones, dándole así a la pareja la posibilidad de elección sobre el camino a recorrer.
