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La segunda gestante en la gestación por sustitución

Publicado el miércoles, 5 de agosto de 2020 por Laura Marchesani

Como muchos padres saben, la búsqueda de la gestante no es ni fácil ni rápida, sobre todo en determinados contextos. No obstante, si los futuros padres intencionales son conscientes de ello, todo el camino se va a gestionar con más tranquilidad.

En algunas ocasiones, la primera gestante que la agencia asigna a los padres resulta no ser la adecuada por diferentes razones, tales como, por ejemplo, una incompatibilidad de caracteres entre las partes, expectativas que cambian y dejan de coincidir, dificultad en la comunicación o aparición de situaciones o eventos inesperados que cambian las condiciones de la colaboración entre padres y gestante.

Son cosas que pueden ocurrir, pues las relaciones entre personas no siguen esquemas fijos para todos y no nacen con garantía de éxito. Cuando algo de este tipo sucede, la frustración empieza a asomar y los padres intencionales se suelen sentir abatidos, dado que se había iniciado un camino de unión y confianza que en ese momento se tiene que interrumpir.

Aunque este tipo de situación siempre es muy complicada de gestionar desde el punto de vista emotivo, la elección de interrumpir la relación se demuestra como la más sabia a largo plazo, puesto que una gestación subrogada ética no puede funcionar si las partes no están alineadas.

Buscar otra gestante

Si con la primera gestante las cosas no han funcionado y es necesario buscar otra, para algunos padres el hecho de haber tenido una experiencia que no ha dado frutos en el pasado marca su visión de futuro. En otras palabras, si la primera candidata los ha dejado con sensación de poca trasparencia, o ellos no se han sentido a gusto en esa relación, en ocasiones, se vuelven especialmente suspicaces y desconfiados con las siguientes candidatas.

Así que cuando, por fin, conocen a la persona que podría ser la gestante adecuada para su camino de gestación subrogada, dudan de muchas de las cosas que ella les comunica y se sienten empujados a ser cautelosos en la confianza que le otorgan. Como es obvio, se trata de una reacción natural causada por un evento que les ha marcado. Sin embargo, para poder proceder con serenidad y tener buenas posibilidades de éxito, es necesario recordar que las gestantes no pertenecen a una categoría humana de personas iguales entre ellas, así como tampoco lo son los padres de intención. Todo esto significa que cada candidata tiene su propia personalidad, sus expectativas y sus circunstancias específicas.

La relación con la gestante y la confianza

Es necesario dar a la nueva gestante toda la confianza que se merece, poniendo distancia con las experiencias pasadas que no han tenido éxito.

En estos casos, el apoyo de un profesional preparado para este tipo de situaciones, como un psicólogo o un coach, también puede ser de gran ayuda, pues si los padres se sienten tranquilos habrá más posibilidades de conseguir crear la bases de una relación transparente y de respeto con la gestante, lo que se traducirá en un camino de maternidad subrogada feliz.

Además, cuando los padres intencionales desconfían, se pueden crear dificultades con la agencia que ha encontrado la gestante y el camino hacia la paternidad puede verse afectado.

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