Publicado el martes, 20 de febrero de 2018 por Laura Marchesani
En los procedimientos de reproducción asistida en los que existe la colaboración de terceros, como una gestante o una/un donante de gametos, hay una serie de aspectos relativos a su compensación o reembolso de gastos que hay que administrar con cautela.
Si en países como España, por ejemplo, la donante recibe una devolución de gastos cuyo importe es tramitado por la propia clínica de reproducción asistida que sigue su tratamiento, en otros países las cosas pueden funcionar de manera diferente.
En la donación de óvulos en Canadá y en EEUU, de hecho, la gestión del reembolso o compensación de la donante casi siempre se deja en manos de la agencia que ha seleccionado a la candidata.
En una gestación por sustitución hay que hacer frente a muchos más gastos que en la donación de gametos, y no son sólo los relativos a la portadora, sino también al tratamiento médico para la creación de los embriones, a la intervención de abogados, etc. Es por esta situación tan compleja que muchos futuros padres de intención tienen dificultades para mantener el control sobre los fondos que han invertido. Los gastos llegan de diferentes fuentes y, en ocasiones, se cargan pasados varios meses. En circunstancias de este tipo es necesario comprender o preguntar a qué se aplican los fondos que, poco a poco, se están invirtiendo.
Cuando la agencia se responsabiliza de los reembolsos, de los pagos de la gestante y, a veces, también de otros gastos que hay que afrontar, es necesario tener acceso al extracto de la propia cuenta para chequear cada transferencia. No siempre es fácil entender dónde y por qué aparecen algunos gastos durante el proceso de gestación subrogada, por lo que es importante poder tener a una persona de referencia disponible para aclarar las posibles dudas. Vista la complejidad del asunto, hay futuros padres intencionales que, por varias razones, no se sienten capaces de chequear cómo se gastan sus fondos y piden ayuda a un experto para que vigile sus finanzas.
El hecho de que la agencia esté constituida por expertos que desean que el proceso se desarrolle de manera serena, tanto para los padres que para la gestante, no significa que los errores en la gestión de los fondos sean imposibles. Cuando hay muchas personas implicadas y muchas entradas en las facturas de una familia, obviamente existe un margen de error (hecho del que los padres no siempre son conscientes). La confianza en la agencia y la necesidad de concentrarse en otras cosas como la tranquilidad de la gestante, el éxito del tratamiento de reproducción asistida,… hacen que la atención de los padres no esté tan centrada en los aspectos económicos del camino.
Para evitar sorpresas a nivel financiero es aconsejable no perder de vista el extracto de las cuentas -que debe incluir todos los gastos- o, como se decía, pedir ayuda a un profesional que chequee los detalles económicos.
La gestación subrogada es un camino complejo, emocionalmente intenso y con costes elevados, por lo que recibir el apoyo necesario alivia un poco la carga de estrés.
Además, cuanto menos peso recaiga sobre los hombros de los padres intencionales, más tranquilidad existirá -también para la gestante- en cada paso del proceso.
