Publicado el martes, 11 de septiembre de 2018 por Laura Marchesani
Muchas personas que están empezando una gestación por sustitución no son del todo conscientes de la importancia de una comunicación eficaz y transparente entre las partes involucradas en el proceso de fecundación 'in vitro'.
Conseguir explicarse de manera clara y obtener las respuestas que se buscan es fundamental cuando se inicia un camino largo y con muchas posibles variables como una gestación por sustitución, es decir, un recorrido cuya resolución con final feliz depende de muchos factores, algunos de ellos humanos e incontrolables.
Lo que muchas personas piensan es que, por lo general, la parte complicada en la comunicación es explicarse, conseguir plasmar de manera inequívoca los propios pensamientos, pero la realidad es que la escucha presenta dificultades para algunas personas.
Sin duda, sobre todo durante los tratamientos de fertilidad, escuchar activamente las sugerencias y las indicaciones de quienes acompañan a los futuros padres sería un buen comienzo.
Si se ha elegido con cuidado la mejor clínica de reproducción asistida, no hay razón por la que dudar de los consejos que se reciben. El interés del centro en cuestión es que el ciclo llegue a buen término y que los padres tengan ese hijo tan deseado.
Cuando el personal médico da las instrucciones a los padres en ciclo, o a la donante, o a la gestante, lo hace después de valorar la situación en su conjunto y analizar los pros y los contras: actúa con la intención de obtener el mejor resultado posible en el tratamiento de fecundación 'in vitro'. Obviamente, tener dudas y preguntar es lícito, y la clínica de reproducción asistida debe de saber responder a las preguntas de los padres, pero comenzar una discusión sobre bases dudosas tales como publicaciones en la Red o comentarios de amigos y familiares no es una estrategia útil para quienes buscan alcanzar un objetivo sino una pérdida de tiempo. Si no hay confianza en la clínica de reproducción asistida, la mejor opción sería probablemente dirigirse a otra.
En realidad, las reglas útiles para la comunicación con la gestante son las que sirven para todas las conversaciones en general. Cuando se desea alcanzar un objetivo, más aún cuando esta meta es ambiciosa y depende de ciertos elementos impredecibles como sucede en un nacimiento por maternidad subrogada, mantener una comunicación eficaz se convierte en una necesidad.
Como es natural, las partes deben sentirse libres y cómodas incluso para expresar sus propios sentimientos. No obstante, hacerlo del modo adecuado es lo mejor tanto para los padres de intención como para la gestante.
Algunos ejemplos específicos podrían ser, por ejemplo, el hábito de releer mensajes y correos electrónicos antes de enviarlos, dejando pasar un tiempo prudencial después de haberlos escrito. No siempre lo que se entiende leyendo corresponde al tono que deseaba emplear el emisor, por lo que es siempre más conveniente esperar, chequear y, finalmente, enviar.
En los e-mails a la gestante, así como a todos los que participan en el camino de la gestación subrogada, es aconsejable evitar el uso de imperativos. En general, cuando se usan en el lenguaje escrito, pueden ser fastidiosos para quien los lee. Más aún, si nos estamos expresando en otra lengua, es siempre mejor ser prudente pues los códigos implícitos en la comunicación no son idénticos en las diferentes culturas.
Cuando se escribe a la gestante, a la clínica, o a otros actores que intervienen en la fecundación 'in vitro', sería asimismo aconsejable evitar el uso de mayúsculas ya que su utilización equivale a expresarse a gritos, cosa que no gusta a nadie.
Por último, se debería tener también en consideración la importancia de mostrar nuestra disconformidad de modo claro pero no ofensivo. A menudo, quien lleva a cabo un recorrido de gestación por sustitución se enfrenta a retos casi a diario y a una cantidad ingente de información novedosa. Si algo no está claro, pidamos aclaraciones y que se profundice en lo que nos preocupa en lugar de reaccionar de manera brusca,dando por descontado que nuestro punto de vista, o lo que creemos recordar sobre un asunto, es la versión correcta.
