Publicado el martes, 15 de diciembre de 2015 por Laura Marchesani
No es necesario recurrir a las estadísticas oficiales para darse cuenta; basta con mirar alrededor: los carritos dobles han aumentado sin ninguna duda.
Los primeros en detectar el hecho fueron los hospitales, y son precisamente los ginecólogos los que subrayan la importancia de este dato, desde su punto de vista obviamente, y las implicaciones que comporta esta tendencia.
Los embarazos múltiples son seguidos con particular atención por el hecho de que pueden presentar dificultades. Entre las más importantes estaría el parto prematuro y, por tanto, la posibilidad de que se produzca un nacimiento cuando la gestación aún no se ha completado. Cuanto antes se da a luz, más frágiles son los bebés y más expuestos están a posibles complicaciones.
Es sabido que, hoy en día, la medicina permite vivir este tipo de embarazos con cierta tranquilidad pero, aún así, no es algo que se deba infravalorar.
Por ello, es muy importante que los padres estén bien informados desde el primer momento.
Una de las causas es el aumento de la edad materna; fenómeno del que ya hemos hablado y que está en constante crecimiento. De hecho, el nacimiento de gemelos se puede deber a una doble ovulación, circunstancia que estadísticamente sucede con mayor frecuencia entre los 30 y los 35 años. Así pues, en términos de probabilidad, es más habitual que resulte embarazada de gemelos una madre en esa franja de edad que otra con menos de 30 años.
En realidad, no. Se trata de un conjunto de razones que a menudo están interrelacionadas. Si la edad materna sube, las dificultades para concebir también crecen y, como resultado, aumenta la necesidad de solicitar ayuda a la medicina de la reproducción asistida. En resumen, a mayor edad de la madre, más necesario es que intervengan los especialistas.
Es igualmente cierto que desde el momento en que se toma conciencia de las dificultades para concebir hasta el momento de la consulta especializada pasa siempre un tiempo.
Muy frecuentemente, los padres que se dirigen a la reproducción asistida han tenido que afrontar con anterioridad obstáculos y desilusiones bastante frustrantes. En el momento en el cual, después de varias visitas, análisis y medicamentos, llegan a tener embriones listos para ser transferidos al útero materno, el entusiasmo y el deseo de cumplir este sueño están por las nubes. Es justo en esta fase cuando deben decidir si implantar uno o más embriones. No cabe duda de que, desde el punto de vista estadístico, transferir dos embriones aumenta las posibilidades de obtener un embarazo y, es por eso, por lo que la mayoría de las veces las parejas se deciden por una transferencia doble en lugar de sencilla.
La decisión, la última palabra, es siempre de los padres y se respeta su deseo.
Es necesario, no obstante, saber escuchar la opinión de los expertos que han seguido los detalles del caso, pues ellos poseen la formación y la experiencia necesarias para aconsejar y para buscar lo mejor para sus pacientes. Son ellos los que transmiten la información acerca del número y la calidad de los embriones, y quienes orientan a los futuros padres para que su elección sea consciente. De este modo, cualquiera que ésta sea, se habrá tomado con serenidad y conocimiento de causa.
