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Congelación de tejido ovárico

Publicado el jueves, 22 de diciembre de 2016 por Laura Marchesani

Una niña de ocho años, a la que se diagnosticó una enfermedad grave, tuvo la fuerza y la fortuna de superar todas las dificultades que su salud le puso delante. Consiguió derrotar a una enfermedad terrible, pasando por sesiones de quimioterapia y un trasplante de médula ósea. Pero su victoria no acaba aquí. De hecho, antes de someterse a estos tratamientos para salvar su vida, Moaza Al Matrooshi fue operada para extraerle tejido ovárico, con la esperanza de que en el futuro pudiera tener hijos usando sus propios óvulos.

La posibilidad de ser madre

Superados los duros momentos, a los 21 años, esta mujer decidió enfrentarse a una nueva operación que trataría de recuperar el ovario que le había sido extraído antes de la quimioterapia.

La cirugía tuvo éxito y a los pocos años, gracias a la ayuda de una fecundación in vitro en una clínica de reproducción asistida inglesa, se quedó embarazada de su bebé.

Ahora, ese niño tan deseado ha visto la luz y su madre se ha transformado en la primera mujer de todo el planeta que trae al mundo a un hijo proprio gracias a la congelación de su tejido ovárico.

La ciencia se fija en este caso con mucho interés porque el resultado obtenido ofrece esperanza a infinidad de mujeres que podrán valorar diversas alternativas para no renunciar a la maternidad cuando vayan a enfrentarse a tratamientos agresivos como la quimioterapia. No obstante, tomado sólo desde el punto de vista humano, es impactante la fortaleza de esta mujer como ejemplo de superación.

La información es la clave

Evidentemente, también sus circunstancias personales le han permitido optar por la posibilidad de usar sus propios óvulos. La información que los pacientes tienen -y en este caso sus padres la obtuvieron- es muy importante para el futuro. Saber que existen opciones para conservar la fertilidad pero, además, ser consciente de que algunos tratamientos por desgracia influyen de manera negativa en la capacidad de tener hijos supone disponer de la llave que dará mayores opciones de elegir más tarde.

Informarse, preguntar, valorar, son todas acciones que pueden cambiar el porvenir.

Más aún, la idea de afrontar una enfermedad en el presente con la perspectiva de poder tener un hijo en el futuro, cuando el obstáculo haya sido superado, regala también un poco de optimismo que, en determinadas situaciones, es de gran ayuda.

La congelación es una oportunidad

Por fortuna, hoy en día existen técnicas que hacen posible la preservación de la fertilidad a pesar de que enfrente haya dolencias y situaciones complicadas, tanto para hombres como para mujeres.

La congelación de una muestra de semen permite a los varones que no quieren renunciar a la paternidad la posibilidad de tener hijos tras haberse sometido a tratamientos tan agresivos como la quimioterapia. Es una técnica simple, indolora, que no requiere ninguna preparación especial por lo que es verdaderamente importante transmitir la información de modo que las personas que se encuentran en esa situación puedan valorar si esta alternativa es interesante para ellas.

Lo mismo se puede aplicar a las mujeres jóvenes que desean congelar sus ovocitos. En este caso, desgraciadamente, el procedimiento no es tan sencillo ni inmediato como para los hombres y es necesaria una valoración médica más profunda, un tratamiento farmacológico a medida y controles constantes durante el tratamiento.

De cualquier manera, las nuevas técnicas de la medicina de la reproducción asistida continúan dando frutos que ofrecen cada vez más esperanza y felicidad a muchos futuros padres.

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