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Desplazamientos de la gestante

Publicado el martes, 9 de abril de 2019 por Laura Marchesani

Encontrar a la gestante que responda a las necesidades de una familia que busca tener un hijo por maternidad subrogada no es tarea fácil y, a veces, la espera puede ser larga.

Para poder tener mayores opciones de hallar a la persona idónea hay que acudir a equipos de expertos en este campo -que se conocen como agencias y que se encuentran en el país al que se dirigen los padres intencionales-. Estas compañías, después de conocer a los progenitores, se comprometen a buscarles una candidata con la que deberían sentirse a gusto mutuamente.

Esto es así porque la elección gestante-padres es recíproca, es decir, que ambas partes deben estar satisfechas con el emparejamiento realizado por la agencia.

Dónde vive nuestra gestante

A menudo, las agencias de búsqueda de gestantes se centran en las características personales de las candidatas: que sus valores sean compatibles con los de los padres, que sus parejas les ofrezcan el apoyo necesario, que su situación vital sea estable, que tengan buena salud y que sus partos anteriores se desarrollaran sin complicaciones. En otras palabras, que todo se encuentra dentro de los parámetros que el proceso requiere. Por este motivo, la labor de una buena agencia no es sólo tener en sus bases de datos candidatas a gestante, sino también asegurarse de que ellas son conscientes del camino que van a emprender y de las posibles dificultades del mismo, así como de que han sido informadas de manera clara y transparente.

Se trata de invertir tiempo y recursos para profundizar en el conocimiento de esta posible gestante antes de presentársela a los futuros padres en espera, de modo que se pueda estar seguro acerca de sus intenciones y de su situación personal.

Lo que muchas veces las agencias no tienen en cuenta es la distancia entre la clínica de reproducción asistida y la residencia de la gestante.

Existen agencias que operan en una determinada zona y, por ello, la mayoría de sus gestantes viven en un área geográfica no muy amplia, mientras que otras compañías, para poder tener más posibilidades, extienden su influencia a localidades más lejanas.

Qué implica que la gestante viva lejos

Como es obvio, la gestante tiene que acudir a la clínica de reproducción asistida para recibir un embrión y, si el centro en cuestión está a una distancia que se puede recorrer en coche, es probable que los gastos en los que incurra sean moderados pero si, en cambio, la distancia hay que cubrirla por otros medios, los costes sin duda aumentarán.

Si es necesario coger un avión -hecho bastante común dada la extensión del territorio norteamericano y canadiense- las tarifas de las compañías aéreas influirán de manera considerable en los gastos.

¿Es importante que la gestante tenga que volar?

Además de los potenciales costes imprevisibles que los vuelos implican, hay muchos otros elementos a tener en cuenta en el momento en que se valora el perfil de una candidata.

Así como ocurre en el caso de la donante, cuando hablamos de la gestante existen igualmente elementos que no se pueden controlar a nivel económico si queremos recorrer un camino sereno.

Se trata de poner en la balanza cómo se siente la familia con ella -si podemos comunicarnos de forma serena y transparente, si nuestros valores son comunes, si existe la flexibilidad necesaria en cada proceso de gestación subrogada- y el coste que su ayuda supone.

La única manera de poder afrontar todo lo que una maternidad subrogada conlleva es colaborar con una gestante en la que se confía plenamente y a la que se le ofrece un apoyo incondicional.

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