Publicado el jueves, 16 de julio de 2015 por Laura Marchesani
En la guía publicada por la Sociedad Americana de Reproducción Asistida y la Sociedad Americana de Tecnología Reproductiva, de la cual ya hemos hablado en un post anterior, se recogen una serie de indicaciones clave para una gestación subrogada sin sorpresas.
Después de analizar los puntos que hacían referencia a la gestante y a su familia, nos gustaría resumir brevemente algunos aspectos que, por el contrario, afectan directamente a los futuros padres.
El documento se centra en la subrogación gestacional, procedimiento en el cual la gestante no tiene vínculo genético con el bebé que alojará en su vientre, lo que significa que el óvulo y el semen que dan vida al embrión son, o bien de los futuros padres, o bien de donantes.
Qué deben hacer los padres
Una de las cosas que no siempre se saben antes de iniciar el tratamiento es que también los futuros padres deben someterse a análisis clínicos y a consultas especializadas.
Lo primero que debe subrayarse es la importancia de una valoración psicológica de los futuros padres. Todas las agencias serias la exigen o, directamente, la ofrecen ellas mismas. Se trata de una manera de verificar que los padres están sanos, que son conscientes del significado de la gestación subrogada, y que se trata de una decisión que han reflexionado a fondo y que han tomado por necesidad y con conocimiento de causa. Obviamente es también necesario asegurarse de que los futuros padres presenten un cuadro psicológico normal y se pueda, por tanto, concluir que están capacitados para acceder a la paternidad.
No obstante, la figura del psicólogo puede ser igualmente útil a largo plazo, durante las diversas fases del procedimiento, para ayudar a los padres a tomar decisiones, a relacionarse con la gestante y a superar las posibles dificultades con serenidad.
La relación con la gestante y las peticiones de los padres
Los padres eligen a la gestante, pero en los países en los que trabaja Prepara, la elección no es de una sola dirección, puesto que ambas partes deben sentirse cómodas y elegir libremente a sus compañeros de camino. Esto significa que, así como los padres buscan a la gestante ideal para ellos, de la misma manera la gestante se tiene que sentir totalmente a gusto con los padres. Todo ello es perfectamente comprensible si se piensa que el recorrido es largo y sin posibilidad de retorno, por lo que la elección mutua es muy importante.
Los profesionales que acompañan a los padres y a la gestante ayudan a los protagonistas a definir su relación y los compromisos a los que ambos se comprometen ya que, de ahí, emanarán asuntos tales como el contacto que mantendrán, la presencia (o no) de los padres en el paritorio en el momento del nacimiento, o la relación que existirá entre gestante y padres/recién nacido después del alumbramiento.
Los padres pueden incluso solicitar a la gestante que lleve un cierto estilo de vida en temas tales como la dieta (siempre que no esté contraindicada por el médico), las actividades cotidianas que lleva a cabo, etc... Se trata de peticiones que son importantes para algunos padres (la alimentación, sobre todo por cuestiones religiosas, puede ser fundamental para algunos) pero que, obviamente, deben de ser razonables, discutidas y aceptadas por las partes.
Los análisis de los padres
Los futuros padres deben someterse a una serie de análisis, principalmente si los embriones se crean usando sus gametos. En este caso, antes de iniciar el proceso, deberán presentar los resultados de los test que haya solicitado un médico especialista en reproducción asistida.
Se trata de un protocolo similar al que se sigue cuando se afronta una FIV.
Sin el visto bueno del médico que hace el seguimiento a los futuros padres no es posible comenzar el tratamiento.
El punto de vista de la gestante
Así como los padres desean estar seguros de que la gestante esté sana física y psicológicamente, que sea consciente del paso que da y que su deseo de colaborar surja desde la libertad, del mismo modo ella necesita estar segura de que el niño al que dará a luz tendrá una familia estable, sana, con amor y respetuosa. Conviene no olvidar que la compensación que recibe la gestante tiene para esta persona una importancia relativa, y que no es nunca el factor principal que la lleva a convertirse en “madre subrogada”. Se trata de mujeres jóvenes con hijos, que conocen la maternidad y que desean ofrecer esta felicidad a otra familia, a alguien que sepa apreciar su gesto y que amará al niño que venga al mundo.