Publicado el miércoles, 31 de mayo de 2017 por Laura Marchesani
Un aborto espontáneo representa un fantasma contra el que todos los futuros padres luchan, independientemente del hecho de que hayan conseguido el embarazo naturalmente o con un tratamiento de reproducción asistida. Por desgracia, la posibilidad de que este evento tan doloroso pueda ocurrir en algún momento existe, y sería poco realista pensar que se es inmune a ello.
Como es obvio, cuando se trata de un ciclo de fecundación 'in vitro', todos los profesionales involucrados en el tratamiento harán lo posible para reducir al máximo la posibilidad de que eso suceda, proponiendo a los futuros padres técnicas vanguardistas que den mayores posibilidades de éxito.
Entre éstas se encuentran el cultivo largo en el laboratorio y/o el diagnóstico preimplantacional de los embriones. Los esfuerzos se centrarán siempre en alcanzar el resultado, que no es sólo conseguir un embarazo sino también el nacimiento de la manera más tranquila posible, para que se pueda vivir la llegada del hijo tan deseado. Ese es el objetivo común, y alcanzarlo dará la felicidad a padres, gestante y profesionales.
Desafortunadamente, a pesar de la ayuda que la ciencia ofrece hoy en día, no existe un modo seguro al 100% de eliminar el riesgo de aborto espontáneo, sino que, como se decía, hay métodos que permiten reducir su incidencia.
Entre las preguntas de los padres intencionales que se dirigen hacia la gestación por sustitución se encuentra muy a menudo la que concierne a esta triste posibilidad.
Cuando alguien se plantea recurrir a una gestación por sustitución, en ocasiones ya ha pasado por más de un embarazo no llegado a buen término; por ello, el fantasma del aborto está muy presente en los miedos de los futuros padres.
Si todos los aspirantes a ser padres temen esta posibilidad, en el caso de los padres de intención que van a empezar una gestación por sustitución se añaden otras problemáticas debido a que no serán los únicos que lamentarían este evento.
Es difícil dar una respuesta cierta. Cuando los padres tienen más embriones congelados en su clínica de reproducción asistida pueden pensar en proceder con una descongelación embrionaria y la subsiguiente transferencia para buscar de nuevo el embarazo, pero tienen que asegurarse (junto al personal de la clínica) de que la gestante se sienta preparada para ello.
El equilibrio psicofísico de esa generosa mujer es un elemento esencial en el proceso de gestación por sustitución, y un evento tan doloroso como un aborto puede requerir un plazo de tiempo para la recuperación mayor de lo que se preveía.
En una situación tan delicada como la maternidad subrogada, el apoyo y la asistencia de los médicos y los psicólogos son pilares fundamentales para garantizar que las decisiones son tomadas con serenidad, incluso después de un aborto espontáneo.
Un tratamiento de fecundación 'in vitro' que concluye con el nacimiento de un niño, con los padres felices y la gestante -cuando la hay- asimismo feliz y con buena salud, es un motivo de alegría para todos.
