Publicado el miércoles, 23 de septiembre de 2020 por Laura Marchesani
Por varias razones, los tratamientos médicos de fertilidad que ayudan a los futuros padres a tener un hijo no representan la solución para todos los que no pueden alcanzar la paternidad de manera natural. Entre ellas se encuentran las médicas, las psicológicas y las personales.
En primer lugar, y como premisa más importante, ningún tratamiento de fertilidad ofrece garantías de éxito, es decir, que a pesar de que todo esté funcionando a la perfección en las diversas fases que deberían llevar al embarazo, ello no significa que sucederá así y que nacerá un niño.
Esencialmente porque no tienen, como se suele decir, una varita mágica. Es cierto que los ciclos de fertilidad ofrecen altos porcentajes de éxito y que, en algunas situaciones, éstos son muy elevados, pero existen factores que no se pueden controlar, que son imprevisibles y que afectan a cada tratamiento sin posibilidad de corrección por parte del hombre.
En otras palabras, en una gestación por sustitución, contar con óptimos embriones, que la gestante esté en perfecto estado de salud y que todo "esté saliendo de maravilla" no significa automáticamente que la prueba de embarazo será positiva ni que, cuando eso sucede, el camino continuará sin incidencias de ningún tipo.
También es seguro que cuanta más atención se presta a elegir bien los ingredientes de la receta, más posibilidades hay de que todo funcione de la mejor manera, tal y como desean todas las personas involucradas.
El primer consejo es el de escuchar los consejos del médico de fertilidad, ya que nadie más que él/ella tiene unas bases sólidas y científicas sobre las que fundamentar sus opiniones.
Por lo general, se trata de asegurarse de que la calidad del semen sea buena y, si no lo es, de determinar si es mejorable y cómo. Lo mismo habría que hacer con la reserva ovárica eligiendo, cuando sea necesario, a una donante de óvulos aprobada previamente por el ginecólogo a cargo del ciclo.
En esta situación, los padres intencionales se sienten a veces un poco perdidos, pues la donante que ellos imaginaban, o habrían deseado tener, puede que no sea la candidata ideal desde el punto de vista médico, y que sea necesario elegir priorizando un aspecto antes que otro o esperar a que aparezca otra posible donante más adecuada.
En realidad, la seguridad no la tiene nadie porque no existen test para prever si todo irá cómo se espera, pero las clínicas de fertilidad saben realizar los análisis necesarios y elaborar una valoración de la historia clínica de la candidata para estimar si la persona que se propone como gestante podría ser una buena elección a priori.
El porcentaje de aspirantes a ser padre que consiguen tener un hijo mediante la gestación subrogada es elevado puesto que, si se siguen los consejos de los expertos, se aumentan considerablemente las posibilidades de éxito.
No obstante, no hay que olvidar que la gestación por sustitución es el tratamiento de fertilidad más complejo que existe en la actualidad y que las certezas son incompatibles con este tipo de camino hacia la paternidad. Por todo ello, flexibilidad, paciencia y equilibrio psicológico son fundamentales para alcanzar un final feliz.
