Publicado el martes, 15 de enero de 2019 por Laura Marchesani
Una de las cosas que las personas que empiezan un camino de paternidad mediante gestación subrogada a menudo no saben es que puede haber fases de espera que duren semanas y momentos en los que, sin embargo, las cosas procedan con celeridad.
Si en las épocas de pausa los padres intencionales han de armarse de paciencia y tener confianza, en las temporadas en las que se debe participar activa y rápidamente es necesario estar disponibles y preparados para actuar.
Por ejemplo, si la clínica de reproducción asistida confirma a los progenitores que el tratamiento de fecundación puede empezar y envían la factura correspondiente, los padres intencionales deberán poder afrontar los gastos. Los costes del tratamiento 'in vitro' suelen ser elevados, pero los padres los conocen de antemano y, por ello, pueden estar preparados con tiempo ya que habrán podido confirmar que, efectivamente, tienen la disponibilidad económica y que pueden enviar los fondos requeridos en un plazo breve.
Si los padres intencionales tienen ahorros invertidos en fondos o cantidades de dinero bloqueadas de alguna forma y no pueden moverlos ágilmente, sería importante que lo hablaran y decidieran con antelación cómo poder disponer de los importes necesarios en el momento indicado.
Esto mismo es válido si se recibe una petición de reembolso para la donante de óvulos o para la gestante; será obligación de los padres proveer lo solicitado en el menor tiempo posible.
Como es obvio, para poder hacer frente a todos estos eventos hay que tener en cuenta que la disponibilidad personal es absolutamente necesaria. En el momento en que se inicia una gestación por sustitución en otro país se debe estar disponible en la mayor medida posible para poder responder a cada comunicación. Lógicamente, nadie puede estar localizable 24 horas al día o todos los días del año pero algunos pequeños gestos como tener una 'app' en el móvil que permita leer los correos electrónicos y gestionarlos es de gran utilidad.
A medida que se acerca la fecha prevista para el parto de la gestante, la disponibilidad de los padres tendrá que aumentar paulatinamente hasta alcanzar prácticamente el 100%.
Pero prepararse para el nacimiento de nuestro hijo no significa sólo estar listos para el parto de la gestante, sino también para el viaje al extranjero con todo lo que conlleva. Obtener pasaportes o visados para entrar en el país, proveerse de un teléfono con conexión a Internet garantizada, tener una idea sobre los posibles lugares donde quedarse si es necesaria una salida inmediata e imprevista o comprobar que el carnet de conducir (¡no caducado!) se puede usar en el país o estado/provincia en el que se alquilará un coche son algunos de los asuntos que han de estar resueltos bastante antes de la fecha prevista para el alumbramiento.
Durante el embarazo, mientras se prepara la habitación del niño, la cuna y todo lo necesario para los primeros meses de vida del bebé, habrá que pensar también en obtener la información que nos servirá para que las gestiones burocráticas (pasaportes, certificados,…) puedan ponerse en marcha rápidamente. Sin ir más lejos, entre otros muchos asuntos, hay que decidir el apellido que se le quiere poner al niño.
En efecto, no es fácil poder pensar en todo lo que se podría necesitar pero, si se solicita la ayuda del equipo que nos asiste, es posible estar preparados con tiempo y evitar que cualquier sorpresa desagradable nos deje sin un plan, presos del pánico, en algún momento del recorrido.
