Publicado el martes, 30 de abril de 2019 por Laura Marchesani
A medida que se acerca el momento previsto para el nacimiento de un hijo por gestación subrogada, suelen ir apareciendo cada vez más dudas y preguntas. Si, normalmente, los futuros padres tienen muchas preocupaciones relacionadas con la salud del hijo a punto de llegar, en el caso de la gestación por sustitución, además de las comunes a todos los progenitores, surgen asimismo cuestiones con respecto a la logística de una situación que presenta muchas incógnitas.
En efecto, se trata de organizar un nacimiento en otro continente, con todo lo que ello implica.
Algunas de las preguntas más habituales han sido respondidas incluso antes de iniciar el tratamiento de fecundación 'in vitro' pero los padres, por todo lo que están viviendo en ese momento, ya no lo recuerdan después de tantos meses.
Entre los múltiples asuntos que se han hablado con la gestante se encuentra la decisión de quiénes podrán entrar en el paritorio. Como es obvio, se trata de una elección, en primer lugar, de la propia gestante, pues se trata de un momento extremadamente íntimo y algunas "surrogates" prefieren que sólo el marido o un familiar estén presentes. Otras mujeres, en cambio, se muestran entusiasmadas por tener también a los padres de intención a su lado.
Lo importante es saber qué hace que la gestante se sienta a gusto y respetar su deseo, así como no perder de vista que el evento podría presentar complicaciones y que, en ese caso, es posible que, a pesar de lo decidido a priori, los padres no puedan presenciar el nacimiento.
Así, por ejemplo, puede darse el caso de que el médico decida proceder con una cesárea, lo que implicaría, como es obvio, que habría que seguir sus indicaciones -incluso con respecto a las personas que pueden acceder a la sala del nacimiento- ya que todo lo que contribuya al mayor confort de la gestante, del niño y del personal médico es una prioridad absoluta.
Normalmente las decisiones médicas con respeto al recién nacido las toman sus padres y, por este motivo, es importante que el personal del hospital en el que nace el bebé esté al corriente de la situación. Cuando es posible, los padres acuden a las últimas revisiones con su gestante en el centro en el que se prevé el nacimiento para conocer la estructura, a la matrona y para familiarizarse un poco con el entorno -además de para mostrar a su "surrogate" la gratitud y el entusiasmo que tienen hacia ella-.
Tanto en esta fase cercana al nacimiento como en la que sigue a ese feliz evento, los padres intencionales no sólo cuidan de su hijo sino también de su gestante, haciendo todo lo posible para mostrarse cercanos y ofrecerle apoyo emocional y logístico.
Durante las últimas revisiones de la gestante en el hospital, se puede empezar a preguntar al personal qué es necesario comprar de cara a los primeros días en casa del recién nacido y, a veces, pedir un listado que incluya todo lo indispensable para, de este modo, poder prepararse con antelación y evitar dejarlo para última hora, lo que puede provocar más estrés del necesario.
Esas compras de los días que preceden al nacimiento pueden hacerse con la gestante, si ella lo desea y se encuentra bien, convirtiéndolo en un momento de complicidad en el que la persona que ha cuidado del niño hasta el momento del nacimiento y quien lo hará desde entonces preparan juntas los primeros días de la futura vida.
