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Pocos hijos y cada vez más tarde

Publicado el jueves, 17 de marzo de 2016 por Laura Marchesani

Entre las europeas que retrasan la maternidad en mayor medida, las españolas se encuentran en segundo lugar y las italianas ocupan el primer puesto.

Es interesante comprobar que la edad de las madres primerizas en territorio europeo aumenta desde los 26 años de las jóvenes búlgaras hasta los más de 30 de españolas e italianas.

La decisión de ser madre a edades cada vez más tardías habla a las claras de las políticas de ayuda a las familias y de protección de las mismas puestas en marcha por muchos gobiernos. Este hecho, sumado a un entorno laboral cada vez más precario, no alienta en absoluto la maternidad.

Si el primer hijo llega a los treinta, en ocasiones, en el momento en el que los padres se sienten preparados para el segundo, el reloj biológico de la mujer ha superado los límites que habrían hecho posible un nuevo embarazo.

¿Cuántos hijos nacen por cada mujer?

Según la Unión Europea, para poder garantizar un relevo generacional en los países donde no existe inmigración, el número de niños por mujer debería ser de 2,1. No parece una cifra demasiado elevada, pero la realidad es que Europa está por debajo de este número en la totalidad de su territorio.

El país que más se acerca a este porcentaje es Francia, con una media de 2 hijos por mujer. En España la media es de 1,32 y en Italia de 1,37; cifras, por tanto, bastante similares.

¿Por qué tan pocos y tan tarde?

Evidentemente es debido a una serie de causas y circunstancias, entre las cuales se encontrarían la situación económica de los países y las condiciones laborales de los padres, que no siempre garantizan un mínimo equilibrio entre trabajo y necesidades familiares.

Aplazar el embarazo hasta el momento económicamente más seguro es una situación bastante común en estos países.

Entre los problemas económicos que deben afrontar ahora las naciones afectadas se encuentra en lugar destacado el envejecimiento general y, por elevación, las dificultades para el pago de pensiones y coberturas sanitarias; necesidad, esta última, que aumenta con la edad.  Se necesitarían más nacimientos y más trabajadores para cuadrar las cuentas y garantizar los derechos de los jubilados italianos y españoles. Sin embargo, dado que ambos países no tienen una disponibilidad económica que lo permita, no se implantan medidas de ayuda a padres e hijos, por lo que el círculo vicioso se retroalimenta.

El rol de la reproducción asistida

En los países en los que se es madre a una edad más madura existen zonas en las que la necesidad de ayuda por parte de la medicina de la reproducción asistida aumenta, debido a las razones de las que ya hemos hablado, relacionadas por tanto con la reserva ovárica que disminuye antes de lo que muchas mujeres creen.

A menudo, de modo erróneo, las mujeres tienden a pensar que el hecho de tener buena salud, ciclos menstruales regulares y cuidarse en el amplio sentido de la palabra son elementos suficientes para poder quedarse fácilmente encinta y tener un embarazo sin dificultades.

Junto a la educación que se ofrece sobre la contracepción, sería necesario dar -probablemente a una edad más tardía respecto a la primera- cierta información sobre los límites de edad y condiciones necesarias para pensar en tener un hijo. Una especie de nociones generales que permitieran a los adultos tomar consciencia de las ‘reglas’ de la reproducción natural.

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