Publicado el jueves, 11 de agosto de 2016 por Laura Marchesani
Después de múltiples idas y venidas, debates necesarios y modificaciones para intentar encontrar la mejor solución, Portugal ha aprobado finalmente una ley que permite llevar a cabo la gestación por sustitución dentro de su territorio.
Es de sobra conocido que muchas personas que no pueden ser padres por los métodos "tradicionales", y que residen en países en los que la gestación subrogada no está admitida, se dirigen a otros países en busca de una solución.
Cuando se han explorado todas las posibilidades y se llega a la conclusión de que la única vía a la paternidad es la gestación por sustitución, el calvario de los futuros padres aumenta pues sus energías y recursos se redirigen hacia otros países.
Encontrar el mejor lugar para la gestación subrogada, donde exista una tutela necesaria de las partes y tanto la experiencia como la seguridad sean los pilares del tratamiento, no es una tarea simple.
La realidad nos muestra, además, que en ocasiones las cosas no han ido de la mejor manera, hecho que contribuye a producir ansiedad en los futuros padres decididos a hacer realidad su sueño.
El así llamado -en infeliz definición- "turismo reproductivo", que ofrece una imagen de maletas, documentos, viajes,… necesarios para intentar tener un hijo, describe un fenómeno que afecta a diversos países. Entre ellos se encuentra Portugal.
El Gobierno de la nación lusa, tras meses de intensas batallas, ha establecido finalmente las bases que permitirán a las parejas heterosexuales acceder a la gestación subrogada.
Un veto del presidente de la República en junio, aduciendo que la ley adolecía de vacíos legales que no tutelaban ni al niño ni a la gestante, hizo que la propuesta de ley fuese revisada, vuelta a someter a votación y aprobada finalmente a finales de julio.
Se autorizará la posibilidad de revocación del consentimiento de la gestante y habrá disposiciones específicas para aquellas situaciones en las que existan malformaciones o se interrumpa el embarazo.
En términos generales esta ley supone un gran paso adelante para Europa, no sólo por el hecho de que permite a las mujeres con malformaciones uterinas o patologías similares acceder a esta técnica de reproducción asistida, sino porque reabre también un debate sereno y objetivo sobre un aspecto de la paternidad que otros países ignoran o niegan, muchas veces sin conocimiento de causa.
Dar a conocer qué es la gestación por sustitución, quién recurre a ella, dónde, cómo,… es una apertura importante hacia un futuro de transparencia y conocimiento.
El simple hecho de que el país intente tutelar a los futuros padres, y les ofrezca una alternativa a los viajes al extranjero para llevar a cabo su deseo de tener un hijo, implica que existe una reflexión de base sobre lo que estos desplazamientos a otros países significan para muchas personas.
Portugal ha confirmado que la gestación por sustitución dentro de sus fronteras no podrá ser remunerada al contrario de lo que ocurre en otras naciones. Ahora se deberán crear los protocolos que permitan el buen funcionamiento de la técnica así como una burocracia aceptable en términos de tiempo y modalidades, más allá de la comentada tutela legal de las partes.
De hecho, entre las condiciones imprescindibles para una gestación subrogada en serenidad se encuentra la existencia de una legislación clara que proteja a las partes: padres de intención y gestante, permitiendo un recorrido tranquilo y protegido.
