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Reproducción asistida y cancer de pecho

Publicado el jueves, 30 de junio de 2016 por Laura Marchesani

Hablar de cáncer es siempre difícil porque es una cuestión tan delicada que ha de afrontarse con suma cautela. Cuando al argumento del cáncer se le suma el de la fertilidad, como en otras ocasiones, se requiere siempre una dosis extra de delicadeza.

Por fortuna, en la actualidad existen profesionales preparados y que ofrecen soluciones aceptables para ayudar a los futuros padres que atraviesan etapas de su vida especialmente difíciles, como lo es sin duda el descubrimiento de un cáncer.

Uno de los más frecuentes en las mujeres en edad fértil, sobre todo en los países del primer mundo, es el cáncer de mama. De hecho, en porcentaje, el número de personas golpeadas por esta enfermedad constituye la cuarta parte de todos los casos de cáncer. Se trata, por lo tanto, de una cifra elevada que afecta principalmente a los países industrializados.

La zona del planeta donde se es madre a más avanzada edad.

Considerando que la edad a la que las mujeres del primer mundo se convierten en madres es bastante alta, la posibilidad de que el cáncer aparezca antes de que haya habido un embarazo también lo es. En otras palabras, entre las mujeres diagnosticadas con este tipo de cáncer hay muchas que, por una serie de razones, aún no han conseguido cumplir su deseo de maternidad.

¿Cómo preservar la fertilidad antes de la quimioterapia?

Ante la noticia sorprendente de tener que combatir un cáncer, para estas mujeres jóvenes aparece una segunda preocupación: deben evaluar cómo preservar su fertilidad para no cerrarse la posibilidad de tener hijos una vez superada la batalla contra la enfermedad. En estos casos se puede optar por un tratamiento de reproducción asistida como la vitrificación de ovocitos o de embriones, dependiendo de la situación.

La congelación de óvulos es la solución ideal para mujeres sin pareja, pues permite preservar la fertilidad sin tener que tener por fuerza un compañero, dejando la puerta abierta por lo que respecta a los gametos masculinos. Todo ello significa que en el momento en el que la persona en cuestión lo considere oportuno, después de haber superado el cáncer, podrá elegir si usar semen de un donante o, si su situación sentimental ha cambiado, de su pareja y futuro padre de los hijos que nazcan.

Los riesgos de la estimulación ovárica

Hasta hace poco tiempo se creía que la terapia indicada para una estimulación ovárica en pacientes afectadas de cáncer de mama, que se lleva a cabo antes de afrontar tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia, podía influir negativamente en la enfermedad, a causa de los estrógenos que se utilizan en la fase de estimulación.

Finalmente, tras siete años de investigación, se ha podido demostrar que esto no es así. En realidad, una estimulación controlada, usando niveles básicos de estrógenos por un periodo de tiempo muy breve (alrededor de una decena de días), no provoca esas temidas consecuencias.

Obviamente se trata de una noticia muy positiva, que vuelve a dar esperanza a quien suma una nueva preocupación a otra ya existente.

Si, como norma básica, es necesario dirigirse a un experto en reproducción asistida de probada experiencia para poder recibir la atención y el tratamiento más adecuados para cada caso individual, cuando a la delicadeza de la situación general se une la necesidad de una valoración particular y un extra de sensibilidad, el consejo genérico se convierte en imperativo. Se debe elegir siempre el dónde y el con quién con el máximo conocimiento de causa para poder afrontar el camino con serenidad.

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