Publicado el martes, 21 de enero de 2020 por Laura Marchesani
La mayoría de las personas que empiezan un camino hacia la paternidad por gestación subrogada sabe que encontrar a la gestante adecuada no es fácil, sobre todo en Canadá y en Estados Unidos. Normalmente hay que respetar unos tiempos de espera imprescindibles, que pueden variar desde unas pocas semanas -en los casos más afortunados- hasta varios meses, para permitirle a la agencia que busque a la candidata idónea.
Por este motivo, hay padres intencionales que se ponen en la lista de espera de la agencia incluso antes de haber creado los embriones, mientras que otros esperan hasta haber concluido la primera parte del camino -con los embriones ya listos para transferir- antes de presentarse a la futura gestante.
Por lo general, los futuros padres ven esta espera como un tiempo perdido, debido a que tienen que dejar que la agencia haga su trabajo sin poder influir demasiado para acelerar los tiempos.
En realidad, esas semanas o meses son un paso necesario para poder llegar al objetivo final: tener un hijo. El tiempo que invierte la agencia en la búsqueda de la candidata es necesario para poder identificar a una persona consciente, libre y que cumpla con todos los requisitos indicados por el médico y por el psicólogo. De hecho, no todas las mujeres que lo desean llegan a ser gestantes para otros, pues la generosidad no es suficiente para ser seleccionadas.
En algunos casos, los padres pueden llegar a esperar más de un año, en otros, por el contrario, sólo un par de semanas. Pero, ¿de qué depende esta diferencia en los plazos?
Hay elementos que hacen que la búsqueda sea más o menos ágil y, sobre todo, es importante el país que se elija para llevar a cabo la gestación por sustitución. Así, en términos muy generales, dado que cada situación es un caso único, los tiempos de espera en Canadá son superiores con respeto a los de Estados Unidos.
Por otro lado, también es importante la idea que los padres tienen con respeto a la persona ideal para gestar a su hijo. Si bien en algunos entornos se escucha que los padres eligen a su gestante entre varias candidatas, la realidad, por lo menos en EE.UU. y en Canadá, es bastante diferente porque, normalmente, son las aspirantes gestantes quienes eligen a los futuros padres a los que desean ayudar.
Por último, también juegan su papel la suerte o la casualidad. Por una serie de circunstancias afortunadas, algunas familias encuentran a su gestante en muy poco tiempo.
Como es obvio, cuando se empieza un recorrido de gestación por sustitución, en la mente de los padres se perfila ya desde el primer momento la imagen de esa generosa mujer que hará posible su deseo de tener un hijo. Pero conseguir que la realidad coincida con una idea abstracta previa es bastante difícil; por ello, la actitud que se les aconseja mantener es siempre la de la apertura mental, la disponibilidad y la escucha.
Estar preparados para conocer a una posible candidata, escucharla e intentar entenderse y compartir inquietudes con ella siempre es la mejor de las estrategias para no autoexcluirse y perder uno mismo oportunidades que podrían ser determinantes.
También es útil ponerse en el lugar de la gestante: así como ella no puede coincidir con el ideal abstracto que los padres tenían, es probable que los padres tampoco sean tal como ella imaginaba.
