Publicado el miércoles, 4 de octubre de 2017 por Laura Marchesani
Cuando no es posible concebir de modo natural, resulta necesario dirigirse a un médico especialista en reproducción asistida para obtener un diagnóstico, evitando pérdidas de tiempo.
Cada cuerpo, cada pareja y cada situación necesitan un análisis profundo y serio sobre los porqués de la no concepción, dejando a un lado creencias populares y comparaciones con otros.
En primer lugar se debe subrayar que consultar a un médico especializado en reproducción asistida no significa necesariamente que se deba recurrir a una FIV, porque existen diversos tipos de tratamiento y porque, antes de tomar cualquier decisión, es necesaria una valoración y la recogida de toda la información necesaria.
Los elementos que permiten la fecundación, además, no dependen sólo del componente femenino sino también del masculino, y conviene no olvidar en ningún momento que, para dar su valoración, el especialista no examinará únicamente ovocitos y espermatozoides sino que pondrá el foco también sobre el historial médico de los dos miembros de la pareja. Por este motivo, es importante ser absolutamente transparente con el ginecólogo elegido, así como tener paciencia y esperar el tiempo necesario para completar los exámenes.
Tras el análisis exhaustivo del caso, el médico podrá sugerir la realización de otras pruebas o dará indicaciones sobre cómo proceder para buscar el embarazo.
Si, después de la valoración o de haber recogido toda la información necesaria, el ginecólogo aconseja proceder con una reproducción asistida, el paso siguiente será entender si en el caso particular es más oportuno pensar en un ciclo natural o en uno estimulado. De hecho, este tratamiento se puede afrontar contando con la ayuda de fármacos que estimulen la ovulación o sin ella.
Si el médico plantea el uso de medicamentos para aumentar la posibilidad de éxito del ciclo es conveniente clarificar, antes de dar el paso, todas las dudas relativas a los fármacos que se utilizarán en ese ciclo estimulado de FIV.
Si bien el consejo adecuado es el que proviene del ginecólogo que asiste a los protagonistas, obviamente la decisión final depende siempre de la mujer que se someterá al tratamiento. Todos los medicamentos tienen efectos secundarios potenciales y el médico debería responder con claridad a las preguntas de la paciente, de modo que alcance a comprender qué implica el uso de un cierto fármaco.
Muy probablemente, si el ginecólogo propone un ciclo de reproducción asistida estimulado lo hace para dar mayores posibilidades de éxito a su paciente. Una FIV, aun siendo en realidad un tratamiento relativamente "simple" -¡aunque cuando se vive en primera persona se percibe de manera diferente!-, implica un número de controles durante el ciclo, ecografías y una punción ovárica; una serie de pasos para los que se trata de minimizar los inconvenientes al mismo tiempo que aumentar las posibilidades de éxito. Llegar a buen puerto cuanto antes evita, asimismo, tener que repetir el ciclo y ahorra incomodidades y ansiedad.
La sugerencia del especialista es siempre una guía a seguir por el paciente, pero un buen médico debería poder comunicarle el porcentaje de éxito que se prevé para un cierto tipo de tratamiento, aconsejarle el camino más adecuado, dejándole no obstante a ella la decisión final sobre cómo proceder.
