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Reproducción asistida: cuando el tratamiento no funciona

Publicado el miércoles, 26 de julio de 2017 por Laura Marchesani

Desafortunadamente, no existen tratamientos de reproducción asistida hoy en día que garanticen el éxito al 100%, es decir, el nacimiento de un niño. Por muy duro que sea aceptarlo y asumirlo, la posibilidad de no conseguir el objetivo en un camino de fecundación 'in vitro' es real.

Normalmente, las clínicas de reproducción asistida poseen estadísticas internas con los porcentajes de éxito que obtienen en condiciones similares a las que se estén analizando y pueden hacer previsiones. A pesar de que los pacientes o los futuros padres de intención, en el caso de una gestación por sustitución, escuchen la información sobre el porcentaje de éxito previsto que el ginecólogo les comunica, a veces, por la situación emocional en la que se encuentran, parece que les cuesta memorizar e interiorizar esos datos, sobre todo si no se corresponden con sus expectativas.

Cómo interpretar los porcentajes de éxito en reproducción asistida

Cuando el médico dice, por ejemplo, que en el caso específico que se está valorando las posibilidades de llegar a buen término son del 70%, los protagonistas, obviamente, albergan grandes esperanzas porque las probabilidades de éxito son más altas que las de fracaso. Si después del tratamiento se llega a la prueba de embarazo y el resultado es negativo o, peor aún, si durante el embarazo se produce un aborto espontáneo, la reacción, después de la tristeza y la rabia que estos sucesos provocan, es la de buscar una causa.

Por qué la fecundación 'in vitro' no ha salido bien

Es normal preguntarse qué es lo que no ha funcionado, por qué el embrión, que era óptimo, no se ha implantado o por qué no ha seguido creciendo como lo estaba haciendo. Por desgracia, no siempre existe un elemento objetivo que explique el fracaso o, por lo menos, no es posible identificarlo. Así, hay casos en los que el embrión transferido era perfecto, la preparación uterina también y no se han detectado imprevistos, pero no se ha llegado al nacimiento. Es la biología, la singularidad del caso, y que los porcentajes de éxito no son nunca del 100%. Si el médico preveía una probabilidad de éxito del 70%, eso implicaba que existía un 30% de posibilidad de no llegar a buen puerto, sin razones identificables.

Por estos motivos, cuando las posibilidades son buenas, el médico aconseja a sus pacientes o a los padres de intención que insistan con un nuevo tratamiento, pues muchas veces es cuestión de volver a intentarlo para ver el sueño hecho realidad.

En ocasiones el resultado de la fecundación 'in vitro' es una bonita sorpresa

Por las mismas razones imprevisibles y no identificables, puede pasar que se transfiera al útero materno o de la gestante un embrión no óptimo que, según las estadísticas, no tiene muchas posibilidades de crecer con éxito y que en el momento de la prueba de embarazo, cuando todos se esperan un resultado negativo, llegue una muy agradable sorpresa. Por lo tanto, así como a veces hay previsiones optimistas que no dan el fruto esperado, otras, a pesar de que los elementos que componen el puzle no ofrezcan demasiadas esperanzas, al final se puede celebrar.

Una prueba de embarazo positiva o la primera ecografía en la que se puede apreciar el latido cardiaco son momentos de inmensa alegría para los padres, pero también para la gestante, la familia entera, los amigos, el personal de la clínica de reproducción asistida, etc. haciendo que se contagie rápidamente ese sentimiento de felicidad.

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