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Sexo para la concepción

Publicado el viernes, 9 de diciembre de 2016 por Laura Marchesani

Es verdaderamente curioso comprobar cómo, de repente, después de años tratando de evitar un embarazo no deseado, el sexo comienza a cambiar a los ojos de la pareja heterosexual en el momento en el que se desea tener un hijo, es decir, cuando pasa de ser una actividad exclusivamente placentera a un medio necesario para la procreación.

En los sueños comunes de muchas parejas puede estar el proyecto de tener un hijo, de formar una familia. Es en ese momento en el que se suele pensar que, por fin, no habrá que preocuparse más de los métodos anticonceptivos y que se podrá disfrutar de unas relaciones sexuales, en este sentido, más libres.

En efecto, en un primer momento, parece que es así.

¿Pero qué sucede si el embarazo no llega?

En primer lugar, al contrario de lo que mucha gente piensa, no es tan fácil quedarse embarazada, por lo que no debe ser motivo de preocupación el hecho de no ver realizado el gran deseo tras unos pocos intentos. En concreto, según las estadísticas, sólo un 20% de las parejas que logran concebir naturalmente lo hacen en el primer mes, mientras el 80% restante lo consigue a lo largo del primer año.

Evidentemente existen recursos que ayudan a mejorar las posibilidades ya que, por ejemplo, saber cuál es el mejor momento para buscar el embarazo con un test de ovulación es sin duda útil pero, en ocasiones, estos detalles añaden estrés a una situación que no siempre es sencilla desde el punto de vista emotivo. Conocer el ciclo de cada una y saber cuándo se está ovulando es importante, pero concentrarse únicamente en ello y practicar sexo con el calendario en la mano puede mitigar la pasión.

Parece fácil…

Pero cuando se intenta tener un hijo y cada mes es una desilusión las emociones negativas pueden tomar el mando, haciendo que pase a segundo plano el lado menos "serio" de las relaciones, el de la diversión, el encuentro, el juego,…

Si uno se siente superado por sentimientos de frustración, ansia o preocupación quizá sea el momento de hablar, no sólo con el compañero sino también con un especialista, una persona externa a la pareja que pueda tranquilizar y ofrecer consejo sobre cómo seguir buscando la concepción sin "matar" la relación de los futuros padres.

En el caso de no alcanzar el objetivo después de un año de relaciones sin medidas contraceptivas,

conviene consultar con un médico especialista en reproducción asistida para conocer su parecer acerca de ello y obtener un diagnóstico claro.

La ciencia ofrece hoy en día diversas alternativas a quienes desean tener un hijo aunque, por desgracia, no todas están siempre disponibles en el propio país. Se trata de descubrir cuál es el mejor camino para cada caso y afrontarlo con la mayor serenidad posible. Apoyarse el uno al otro a lo largo del recorrido es de gran ayuda, pues los estados de ánimo cercanos al ansia o al nerviosismo no son nunca el terreno ideal para superar las dificultades y los retos de la vida.

No hace falta recordar que no conseguir un embarazo de manera natural no es ninguna vergüenza o deficiencia, sino más bien una circunstancia que si se afronta con unión y apoyo mutuo por parte de los futuros padres es mucho menos dificultosa de superar.

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