Publicado el martes, 5 de noviembre de 2019 por Laura Marchesani
Existen futuros padres que están llevando a cabo un camino de gestación por sustitución que tienen tan buena fortuna que toman las decisiones necesarias en cada paso del recorrido sin que en ningún momento deban de volver sobre sus pasos, consiguiendo disfrutar del embarazo y del nacimiento de su hijo con total serenidad.
Por desgracia las cosas no siempre proceden de modo tan plácido y, en algunas situaciones, cuando el proceso no se está desarrollando como los futuros padres de intención esperaban, es necesario replantearse ciertos asuntos para intentar alcanzar el objetivo deseado.
Por ejemplo, si la donante de óvulos no da los resultados esperados y los ovocitos no se fecundan en el laboratorio de la clínica de reproducción asistida del modo deseado, hay que valorar si repetir el ciclo de fecundación con la misma persona o intentar encontrar a otra.
En situaciones de este tipo, los padres intencionales deben de tomar una decisión que sin duda va a ser difícil, y que es determinante para los posibles resultados finales del ciclo de fecundación 'in vitro'.
La misma situación puede acaecer si la gestante, por razones personales o familiares, no puede seguir las indicaciones médicas o el calendario predefinido.
En ocasiones, aunque la candidata a ser 'surrogate' pensaba que estaba preparada para empezar un ciclo para recibir un embrión, algún imprevisto la obliga a dar marcha atrás y a cancelar o aplazar el embarazo. Un ciclo de fecundación 'in vitro' implica citas médicas, viajes, toma de medicamentos, etc. Para que una persona pueda afrontar todo eso debe de encontrarse en un momento de tranquilidad personal y familiar.
Como es obvio, mucho depende de la situación y del momento en el que sucedan los hechos. Si se ha construido una relación de confianza, sólida y serena, los padres suelen decidir esperar de modo que el tratamiento médico para conseguir el embarazo encaje con la agenda de la gestante, evitando así a esa generosa mujer inconvenientes innecesarios.
En otros casos, cuando la relación no está funcionando de la mejor manera, existe falta de confianza y no hay transparencia entre padres y gestante, cualquier pequeño inconveniente puede llevar a la ruptura de la relación. Si este fuera el caso, si existen dudas por parte de una de las partes o de ambas sobre la posibilidad de colaborar serenamente, interrumpir el trayecto común es lo que se define como "un mal menor".
La flexibilidad es parte fundamental de un recorrido de gestación por sustitución pero, si hay recelos sobre la relación que se está desarrollando, es aconsejable volver a valorar nuestra posición y, en algunos casos, pensar en encontrar a otra mujer disponible y generosa, puesto que todos los implicados deben de sentirse a gusto.
En muchas situaciones complicadas del camino de la gestación subrogada, cuando los padres deben de tomar una decisión, no existe la elección correcta, sino sólo la que les permite a ellos y a la gestante sentirse más tranquilos, aunque eso implique retrasos en el calendario establecido por la clínica de fertilidad para la fecundación 'in vitro'.
Lo que es importante desde un punto de vista práctico es tomar una decisión y seguir adelante sin dejar que nos invada el arrepentimiento. Si hubiera elecciones "acertadas" todo sería mucho más fácil. No obstante, ya que éstas no existen, es aconsejable escuchar a los expertos en gestación subrogada, valorar, decidir y seguir el proceso mirando siempre hacia el futuro con una actitud positiva y resolutiva.
