Publicado el martes, 3 de julio de 2018 por Laura Marchesani
La solidaridad puede no tener límites, tanto que las protagonistas de este caso, que comenzó en Belgrado y concluyó felizmente en Bolonia, han compartido útero.
Una mujer -sin útero, pero con un fuerte deseo de tener hijos- ha recibido la generosa donación de su hermana, que le ha regalado su matriz.
No se trata del primer caso exitoso de trasplante de útero en el mundo pero, al ser un procedimiento con poquísimos antecedentes, cada uno de los que se lleva a cabo es digno de atención y de estudio.
Es el primer niño nacido en Italia después de un trasplante de útero por lo que, como es obvio, la ciencia observa este hecho con enorme interés, pues las posibilidades que esta técnica ofrece para el futuro pueden ser de un gran impacto.
Efectivamente, muchas parejas heterosexuales que emprenden un camino de gestación por sustitución lo hacen porque se han visto obligadas por una o más condiciones médicas que impiden el embarazo, entre las que se encuentra la ausencia de útero.
Este hecho es de por sí fuente de dolor para la persona y su pareja, y para superar el mismo sería aconsejable el apoyo de un experto en psicología que pueda guiar hacia una aceptación serena de una realidad tan dura. El paso siguiente es la búsqueda de métodos alternativos para crear o ampliar la familia, como la gestación subrogada. Evidentemente, llegar a esta elección es parte de un camino duro pero, casi siempre, la determinación de las parejas que desean tener un hijo es el motor que las empuja hacia esta opción.
La ausencia de útero has sido, hasta ahora, una circunstancia sin remedio posible. Por este motivo, la gestación por sustitución era una alternativa para aquellas parejas que podían generar embriones sanos. Acaso, en un futuro, se abrirán nuevas alternativas para estas mujeres determinadas a ser madres.
En este caso -el de la donación de útero- estamos ante un hecho generado por la solidaridad humana que va más allá de cualquier racionalización.
Hasta ahora, se habían visto casos parecidos cuando una mujer decidía ofrecerse como gestante para su hermana y dar a luz a su propio sobrino, pero nunca se había producido algo parecido a esta donación. Se trata siempre de gestos de compartimiento y solidaridad que a menudo se critican -de manera superficial- como si detrás de ellos hubiera algún tipo de interés.
Todas las cuestiones relativas a la donación y a la gestación por sustitución requieren, sin duda, un estudio detallado no sólo desde el punto de vista físico-médico, sino también del psicológico. Es importante que las partes estén preparadas, informadas y tomen decisiones con total autonomía. Estos son elementos básicos para que la maternidad subrogada se desarrolle con el máximo grado de satisfacción y felicidad de todos los implicados.
El estudio y la comprensión son fundamentales para la creación de un marco ético y respetuoso.
Las dos hermanas, gemelas, han vivido una experiencia de amor y felicidad que ha marcado un punto de partida para un futuro lleno de posibilidades tanto para muchas futuras madres que no tienen útero como para otras personas que creen en la fortaleza de la solidaridad.
