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El deseo de tener un hijo

Publicado el miércoles, 20 de septiembre de 2017 por Laura Marchesani

Cuando se valora la posibilidad de optar por la gestación subrogada para formar una familia, normalmente se hace porque ya se han descartado el resto de posibilidades que ayudan a tener un hijo.

La maternidad subrogada, por sus características, costes y tiempo que requiere, es un tratamiento de reproducción asistida para personas que no pueden tener descendencia por otros medios y que, por consiguiente, llegan a esta decisión después de reflexiones y averiguaciones muy profundas.

El hecho de que este recorrido de reproducción asistida no esté permitido en España hace que para obtener información sobre el mismo sea necesario armarse de paciencia y filtrar todo lo que se puede leer en los medios de comunicación y en las redes sociales, hasta conseguir hacerse una idea de qué es la maternidad subrogada y cómo funciona.

Endometriosis y embarazo

Muchas de las madres de intención que se acercan a la gestación por sustitución inician este camino tras un calvario de sufrimientos previos. Entre los casos más frecuentes se encuentran los de mujeres que, debido a la endometriosis, no pueden quedarse encintas y/o llevar adelante un embarazo.

La endometriosis es en sí misma una enfermedad difícil de gestionar para muchas por los dolores que puede provocar y las complicaciones cotidianas asociadas, porque a menudo no es sencilla de diagnosticar y, precisamente, porque suele implicar problemas de fertilidad.

FIV y ovodonación en la endometriosis

La medicina de la reproducción asistida ofrece mucha ayuda a las mujeres que sufren de endometriosis pero, en este momento, no existe una cura para la enfermedad.

Cuando el problema es la reserva ovárica, los ginecólogos suelen sugerir la posibilidad de recurrir a la donación de óvulos: tratamiento que permite a las mujeres con poca cantidad y/o calidad de ovocitos quedarse embarazadas y vivir un embarazo normal.

Sin embargo, existen casos en los que el útero, debido a esta enfermedad, o bien ha sido extirpado o bien no se encuentra en condiciones de llevar adelante un embarazo.

El 'luto' por el hijo no nacido

En los casos en los que una mujer debe afrontar el hecho de que su cuerpo no podrá albergar a ese hijo tan deseado, se vive una fase dolorosa de rabia, angustia y tristeza.

No es en modo alguno sencillo aceptar esta realidad, por lo que siempre se aconseja el apoyo de un profesional. De hecho, la aceptación y la serenidad son elementos importantes, no sólo a escala personal, como individuos y como pareja, sino también para poder comenzar un camino de gestación subrogada con tranquilidad.

Las esperas inherentes a la maternidad subrogada son difíciles de gestionar para algunas personas; y es aún más complicado para quienes parten con una pesada carga emotiva.

Poder contar con el apoyo de un especialista que escucha, comprende y sabe ofrecer los instrumentos necesarios para vivir del modo más sereno posible ciertas fases dolorosas es de gran ayuda tanto para los padres de intención como para la gestante, pues el equilibrio de los primeros es inevitablemente percibido por la segunda y puede beneficiarse de ello.

La entereza emotiva y la serenidad psicológica son bases sólidas sobre las que construir una nueva familia y, asimismo, estados que ayudan a afrontar de la mejor manera todos los pasos que han de darse hasta completar el camino.

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