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¿El "vientre de alquiler" es un tratamiento de reproducción asistida para parejas gais?

Publicado el miércoles, 12 de abril de 2017 por Laura Marchesani

La maternidad subrogada ha estado siempre en el centro de la polémica y es poco conocida, dos elementos que van de la mano. Por otro lado, es a menudo definida como "vientre de alquiler", precisamente por la connotación negativa que algunos le quieren dar para establecer un nexo inconsciente e inmediato con la misoginia y la prevaricación. El imaginario colectivo ha hecho que la visión sea aún más negativa, creando la idea de parejas de hombres que desean eliminar la importancia de la figura femenina en la familia.

Matrimonios gais y gestación subrogada

El debate, por lo tanto, se convierte en extremo pues la visión que se ofrece de este tratamiento de reproducción asistida es la de una prerrogativa masculina y, además, machista.

En algunas situaciones se ha utilizado el argumento de la gestación por sustitución, por supuesto con la denominación "vientre de alquiler", para tratar de oponerse a la libertad de matrimonio entre personas del mismo sexo.

Si bien en España los derechos de las familias homosexuales y de los padres solteros mejoran constantemente, existen muchos otros países que sólo conciben una idea de familia que debe corresponder necesariamente al modelo "tradicional".

En cualquier caso, los padres homosexuales o solteros que deciden tener hijos han de recurrir por obligación a técnicas de reproducción asistida. Este hecho conlleva a menudo una connotación negativa a nivel social, que no se da en los tratamientos de las parejas heterosexuales.

La maternidad subrogada para los heterosexuales

Pero, ¿cuántas parejas heterosexuales necesitan una gestante para tener un hijo? Se pueden hacer estimaciones, aunque es difícil aportar un número exacto. Las razones que dirigen a estas personas hacia la gestación subrogada son siempre muy dolorosas, porque en la raíz de las mismas se encuentran enfermedades pasadas o presentes o, en cualquier caso, una imposibilidad por parte de la madre de intención de llevar adelante un embarazo.

No es fácil aceptar la idea de tener que recurrir a la ayuda de otra mujer para ver nacer al propio hijo, superar la frustración que ello comporta y gestionar los sentimientos contradictorios que se pueden generar hacia la gestante. En ocasiones es necesario el acompañamiento de la figura de un psicólogo para poder aceptar la situación y decidir con serenidad qué camino tomar en el futuro. Entre las distintas posibilidades está, por supuesto, la de aceptar la circunstancia como definitiva e imaginar un porvenir sin hijos, con nuevos objetivos. No obstante, cuando la posibilidad de la gestación por sustitución asoma la cabeza, hay que tomarla en consideración con suma racionalidad y lucidez, ya que este tratamiento de reproducción asistida no es para todos.

Cuando las personas que desean tener un hijo contemplan la maternidad subrogada como una de las vías posibles, normalmente es porque no existen alternativas viables para ellas.

¿Cuántos niños han nacido por gestación subrogada?

Si para las parejas de hombres y para los solteros la maternidad subrogada se hace pública por razones evidentes, esto no es así para los heterosexuales. Muchas de las motivaciones que empujan a estos padres a no divulgar qué tipo de recorrido les ha permitido tener un hijo son psicológicas y sociales. Al dolor de no poder ser la persona que da a luz al propio hijo se suman los tabúes y el miedo a ser juzgados por los demás. La consecuencia lógica de esto es la invisibilidad de las elecciones de estas familias.

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