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Qué pescado comer durante el embarazo

Publicado el miércoles, 28 de junio de 2017 por Laura Marchesani

En un momento tan delicado e importante como es el del embarazo, cada futura mamá quiere estar segura de tener un estilo de vida adecuado a la situación, así como una dieta sana que les aporte los nutrientes necesarios tanto a ella como al niño.

Si en el día a día se nos puede olvidar la importancia de una alimentación equilibrada y de elegir la mejor comida posible, durante el embarazo hay ciertas excepciones a las reglas que no nos podemos permitir.

Al elegir qué comer durante el embarazo es importante fijarse también en la calidad de la comida que se compra, porque no todos los productos a la venta tienen las mismas características. De hecho, no es lo mismo escoger productos elaborados o precocinados que frescos, por no hablar de la opción de los alimentos definidos como "ecológicos".

Verduras y carne roja en el embarazo: ¿qué comer?

Más allá de la elección del tipo de producto, que depende mucho de las circunstancias de cada mujer y de las posibilidades que el mercado a su alcance le ofrece, hay reglas básicas que se deben respetar.

Obviamente la validez de cualquier norma general con respeto a la alimentación durante el embarazo se tiene que chequear con el médico, ya que cada cuerpo y cada situación requieren cuidados y atenciones especiales, incluso en la mesa. Vitaminas, hierro, sales minerales, proteínas, etc. son necesarias para el crecimiento sano del bebé -además del equilibrio de la madre-, pero la única persona que puede dar indicaciones precisas es, como se decía, un profesional que conozca la historia clínica de la mujer.

De todos modos, hay reglas obvias que hay que seguir sobre la higiene alimenticia -con especial atención durante el embarazo- en especial en lo relativo al lavado de las verduras y a las carnes crudas.

Con respeto al tipo de pescado que se debería consumir durante el embarazo, hay que recordar que éste no se puede eliminar del todo, pero también que hay que ser especialmente cuidadoso en algunos casos, como por ejemplo el atún, que contiene mucho mercurio, o los crustáceos, que requieren una prudencia extrema.

En otras palabras, la atención debe de estar presente desde el momento de la compra hasta que se sirve la mesa.

Algo más complicado es comer fuera de casa, pues no es fácil saber con seguridad cómo se han lavado las verduras, si el pescado ha sido previamente congelado,... Por ello, habría que valorar la posibilidad de elegir alimentos que no sean potencialmente "peligrosos".

Si la mujer embarazada es la gestante: ¿cómo controlar la dieta?

La situación es igualmente estresante, o incluso más, para algunos padres que han tenido la necesidad de recurrir a la gestación por sustitución para hacer realidad su sueño de tener un hijo. En esta situación puede haber momentos de angustia porque saber que un niño está a punto de llegar y no se va a poder cuidar de él en primera persona durante el embarazo es, a veces, emotivamente difícil de asumir.

Quien se ocupa y preocupa del crecimiento del niño durante el embrazo es la gestante y hay que confiar en ella, en su sentido común, en los médicos que la atienden y en su experiencia pasada, cuando estaba embarazada de sus propios hijos. Sólo así, junto con una comunicación abierta y positiva, se puede encontrar el punto de equilibrio entre el deseo de control sobre lo que pasa en cada momento del día y la imposibilidad real de hacerlo.

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